Pedro A. García Z.

Eso del extraño apuñalamiento (No lo hirieron de verdad) al candidato de la ultraderecha Brasileña y la obligada renuncia de Lula a la candidatura presidencial de Brasil, es una jugada muy bien preparada por los instrumentos de manejo de la logística humana y comunicacional del Departamento de Estado de los EE.UU. Sutilmente se siente la mano dentro de la cirugía política de esta herramienta, cuando vemos, que el supuesto acto de apuñalamiento sirvió para reflotar la imagen muerte de un candidato que pasó de la nada a la noticia y de la desunión a la unión de la derecha y la ultra derecha brasileña entorno a su candidatura, elevando así, el nivel de preferencia del candidato ultraderechista, que estaba en una aterradora desventaja con relación a la candidatura de Lula.

Por otro lado, sigue en el recuerdo en las clases sociales brasileñas, del supuesto y catastrófico desarrollo de Dilma Rousseff durante su gobierno, lengüeteado y manejado comunicacionalmente de forma muy bien organizada por la mediática fascista norteamericana y el vasallaje brasileño para la imposición de la actual dictadura brasileña.

Esta nueva situación, del apuñalado y la renuncia de Lula a la candidatura, (ya planificada por la CIA) tiende a crear una duda bastante honda en el electorado brasileño o en los herederos políticos de Lula tanto por los apócrifos hechos de corrupción (injustificados por la mal llamada justicia brasileña) ocurrido durante la Presidencia Dilma, como por el supuesto de lo que pueda ocurrir con Fernando Haddad, al llegar a la Presidencia del Brasil. Incertidumbre que será relacionada dentro de la campaña electoral, con lo ocurrido a Rafael Correa en Ecuador y su «heredero» político, el traidor Lenin Moreno quien pasó a los treinta minutos de juramentarse como Presidente de Ecuador, de revolucionario a ultraderechista. Duda, que tendrá como objetivo el disminuir la fuerza política del Partido de los Trabajadores Brasileño, para apuntalar el regreso de Brasil a otro régimen de ultraderecha en la confusión del votante en una toma del ejemplo ecuatoriano.

Es por vez primera en lo que va del siglo XXI que Venezuela no será el centro de una campaña electoral latinoamericana, o mundial ya que esta campaña electoral de Brasil, estará más dirigida a crear la confusión en los sectores revolucionaros sobre el papel de ciertos herederos político latinoamericanos en la política actual y poner en duda la fidelidad Fernando Haddad hacia Lula, hacia la revolución y hacia el pueblo brasileño. Esta campaña electoral de Brasil, será una campaña dirigida a comparar a Fernando Haddad con el traidor de Lenin Moreno. Se equivoca otra vez la derecha fascista imperial con relación al desarrollo de los pueblos. Brasil, Lula y Haddad triunfaran.