El Senado rechazó la legalización del aborto en la madrugada del jueves, luego de una extensa jornada y con una multitudinaria concentración en las afueras del Congreso. El resultado final fue de 31 votos a favor, 38 en contra y dos abstenciones.De esta forma, la interrupción voluntaria del embarazo seguirá siendo ilegal y se realizará de forma clandestina. La noticia fue bien recibida por el sector autodenominado «pro vida», apalancado por la Iglesia Católica y las evangélicas.

El proyecto proponía la interrupción voluntaria del embarazo con la simple decisión de las mujeres hasta la semana 14 del embarazo, y luego se respetaban los causales ya vigentes en el Código Penal.

El sector que impulsaba la legalización se esperanzaba con poder torcer la voluntad de algunos de los indecisos que las ausencias pudieran ponerlos a tiro de la aprobación. Sin embargo, el tucumano José Alperovich, uno de los indecisos, confirmó su voto en contra.

Las abstenciones provinieron de la neuquina Lucila Crexell y el santafesino Omar Perotti, que presentaron ambos dos proyectos de despenalización.

La jornada estuvo marcada por cruces y fuertes discursos entre los senadores que apoyaban la iniciativa, nacida en el seno del movimiento feminista, y sus destractores.

La Cámara de Diputados sancionó el proyecto de aborto legal, seguro y gratuito el 14 de junio. Luego de casi 24 horas de una histórica sesión, los legisladores dieron media aprobación por una ajustada diferencia.

La jornada había estado marcada por el pulso de los indecisos, que definieron la votación cuando la discusión llegó a su final. La norma se aprobó con 129 votos a favor, 125 en contra y una abstención.