Un grupo de investigación y activismo medioambiental encontró rastros de un polémico herbicida en cereales como Cheerios, Quaker Oats y otros alimentos para el desayuno, lo que asegura podría aumentar el riesgo de que los niños padezcan cáncer.
El reporte surge en medio de un debate sobre qué tan seguro es el glifosato, que reguladores estadounidenses afirman probablemente no causa cáncer, mientras que la Organización Mundial de la Salud ha dicho que es posiblemente cancerígeno.
El Environmental Working Group dijo en su reporte, publicado el 15 de agosto, que hizo pruebas en 45 muestras de alimentos pensados para el desayuno fabricados a partir de granos de campos donde se utilizan herbicidas. A partir de un grupo estándar, encontró presencia de glifosato en 31 de los alimentos.
“Son niveles por encima de lo que se puede considerar seguro y en comidas para el desayuno muy populares”, dijo Alexis Temkin, el toxicólogo del grupo que ayudó a realizar en análisis para el reporte.Los hallazgos del Environmental Working Group, que desde hace mucho se opone al uso de pesticidas que podrían terminar en alimentos de consumo final, fueron muy reportados. Sin embargo, el tema de qué tan seguro es el glifosato sigue siendo incierto.
Este químico ha sido protagonista de miles de acciones legales, acusaciones de investigaciones mal hechas y en la oposición como en la defensa del producto fabricado por Monsanto, la empresa que lo desarrolló hace cuarenta años y lo convirtió en el herbicida más popular del mundo.
Scott Partridge, vicepresidente de Monsanto, dijo en una entrevista que cientos de estudios dan cuenta de la seguridad del glifosato y que no causa cáncer. Dijo que Environmental Working Group solo tiene fines activistas.
“Tienen una motivación específica”, dijo. “Quieren causar miedo y distorsionan la ciencia”.
Al centro de las críticas del glifosato, que previene que las plantas realicen la fotosíntesis, hay una decisión de 2015 del Centro Internacional de Investigaciones sobre el Cáncer de la Organización Mundial de la Salud; la agencia sugirió declarar el glifosato como un posible cancerígeno.
En Estados Unidos eso llevó a estados como California a declararlo como químico que puede causar cáncer y la semana pasada un jurado halló culpable a Monsanto de no haber advertido a un jardinero que lidiaba con Roundup, el herbicida de la empresa, de los posibles peligros de estar expuesto. El hombre, según sus abogados, desarrolló un linfoma no Hodgkin por el uso del herbicida en su trabajo, como el encargado de control de plagas en el sistema escolar de California.
A Monsanto le ordenaron pagar 289 millones de dólares en daños. La empresa dice que enfrenta unas 5200 demandas similares.
Hay investigaciones que indican que el glifosato tiene otros efectos adversos sobre la salud. En un estudio publicado el año pasado en Scientific Reports, revista hermana de Nature, se encontró que las ratas que consumían dosis muy bajas de glifosato diariamente mostraban señales tempranas de enfermedad por hígado graso en tres meses y que estas empeoraron después.
Sin embargo, muchos reguladores e investigadores dicen que el glifosato es seguro.
La clasificación del Centro Internacional de Investigaciones fue disputada por reguladores europeos y estadounidenses, y un nuevo estudio de investigadores de los Institutos Nacionales de Salud de Estados Unidos “no observó ninguna asociación entre el uso de glifosato y el riesgo general de padecer cáncer”.
Tanto Quaker Oats como General Mills, fabricante de los Cheerios, dijeron que sus productos cumplen con los estándares federales estadounidenses y son seguros de ingerir.
“Nuestros productos cumplen con todos los requisitos de seguridad y normativos, aunque estamos dispuestos a ser parte de la discusión y nos interesa colaborar con nuestros pares industriales, reguladores y otros interesados respecto al glifosato”, dijo un portavoz de Quaker.