El FMI le entregará al país 15 mil millones de dólares y mantendrá en custodia otros 35 mil millones que, según el documento del fondo, figuran en forma “precautoria” a nombre del país y se entregarán en caso de una crisis y si el país cumple con un feroz ajuste.
El FMI exige que el Banco Central ya no venda dólares al mercado. Según ellos así habrá una flotación libre. El problema es que tal cosa no existe. Lo que llaman libre mercado es el poder del más grande. Y el gran proveedor de dólares del país es el campo. Así, sin la exigencia de liquidar la cosecha en un tiempo determinado y con el BCRA con las manos atadas, los grandes jugadores del sector podrán manejar la moneda a su antojo.
Esta decisión se toma días después de que se conoció que Estados Unidos tiene el desempleo más bajo desde el año 2000, hecho que apurará la suba de la tasa de interés americana y así la fuga aumentará su velocidad, empujando el precio del dólar.
El dato del empleo de EE.UU y la respuesta a de la Unión Europea a la suba de aranceles de Trump ya generó una suba del real esta semana, que presionará el tipo de cambio local.
Así, por cuestiones domésticas y eternas la exigencia del FMI de sacar al BCRA del mercado tarde o temprano impulsará nuevas devaluaciones.
El ajuste que aceptó el equipo económico es tan drástico que parece socialmente inviable.
Lo más importante es que se comprometen a “sostener el ritmo de la baja de subsidios” a pesar de que la devaluación y el precio internacional de los hidrocarburos empuja las tarifas fuertemente. Con un dólar a 25 pesos hay que agregar a los tarifazos previstos un 35 % de aumento más en electricidad y un 50 % más en gas. Además, el gobierno se comprometió a reducir la incidencia del gasto en salarios públicos en un 0,2% anual. Esto sólo se podrá hacer con despidos o con un recorte brutal de salarios reales.
También se vuelve a recortar el gasto en obra pública.
Y finalmente se exige un ajuste a las provincias que seguramente derivará en más despidos en las plantillas provinciales.
El acuerdo con el FMI no asegura 50 mil millones de dólares, deja el tipo de cambio en manos de los especuladores y condena al país a una recesión profunda y seguramente de largo aliento, que derivará en un importante aumento del desempleo.