Agencias
Este viernes se cumplen seis años del golpe parlamentario contra el Gobierno de Fernando Lugo en Paraguay, en el que se transgredió el orden constitucional en la nación, a través de un denominado juicio exprés, que derivó en la destitución del mandatario constitucional.
Pese a ser víctima de una conspiración orquestada por sectores opositores, Lugo volvió a la política en 2013 y actualmente ocupa un lugar en el Senado por el partido Frente Guasú, hasta el 2018.
A su vez, el Frente Guasú se consolida como la tercera fuerza política de la nación, tras romper en 2008 más de 70 años de hegemonía del Partido Colorado al ser elegido Lugo como presidente en los comicios de ese año.
¿Cómo se gestó el golpe?
Bajo los cargos de «mal desempeño en sus funciones» y una masacre sobre sus hombres (Curuguaty), Fernando Lugo, presidente de la nación el 20 de abril de 2008, fue obligado a abandonar el cargo cuatro años más tarde, el 22 de junio de 2012 por la realización de un juicio político calificado de exprés e impulsado por la oposición.
«Hubo un golpe de Estado parlamentario en el que los argumentos para un juicio político no tienen ningún valor y fueron rebatidos ampliamente por los defensores», denunció Lugo en 2012.
Lugo fue apartado del cargo por petición de la Cámara de Diputados (instancia acusadora) por mayoría (76 votos contra 1), por lo que la Cámara Baja aprobó el libelo acusatorio para someterlo a juicio político.
Posteriormente, Federico Franco, quien era el vicepresidente de Lugo, fue el que asumió de forma interina la presidencia tras el golpe parlamentario.