Traducción tarcoteca

 

El Origen: de Freud a Bernays

El padre de las relaciones públicas modernas y los cambios de opinión [spin], Edward Bernays [1] fue un manipulador frío y cínico de la percepción de las masas [‘Propaganda’ de 1928 pdf]. Sabía que al dar forma a los deseos de las personas de una cierta forma, los gobiernos y las corporaciones podrían vender casi cualquier noción a las masas y manipularlas a voluntad. Ya fuera para avivar el miedo al coco del comunismo o para vender el «sueño americano» de la felicidad a través del consumo de bienes, Bernays y la industria de las relaciones públicas/ publicidad, que siguieron su ejemplo, hicieron exactamente eso.

Bernays era un experto en escinificar eventos para capturar la imaginación popular. Entre sus muchos logros estuvo el conseguir que las mujeres se engancharan a los cigarrillos al asociar el feminismo y la moda con el tabaquismo [para Phillips Morris]. Llamó a los cigarrillos ‘antorchas de la libertad’, contribuyó decisivamente a convencer a las mujeres de que los cigarrillos estaban de moda y que fumar simbolizaba la emancipación. Desde hacer que las personas cambien sus dietas [introdujo los huevos con beacon] hasta poner fluoruro en el agua potable, las empresas sabían a quién recurrir cuando querían vender sus dudosos productos.

Gracias en gran parte a Bernays, los políticos, los medios corporativos y los líderes de opinión del sistema aprendieron a apelar a los impulsos primitivos, como el miedo, el sexo y el narcisismo, que tienen poco que ver con cuestiones que van más allá de los estrechos intereses de una sociedad de consumo.

El objetivo de una sociedad así es distraer a las personas de la realidad del mundo en general y capacitarlas para desear y querer cosas nuevas que realmente no necesitan, o incluso quieren, mientras les quitan su capacidad de ser autosuficiente e independiente.

El gobierno de los EEUU aprendió rápidamente que los ángeles y demonios podían fabricarse de la nada y que desde Guatemala y Congo a Vietnam, las guerras y las desestabilizaciones podían construirse sobre paquetes de mentiras – mentiras sobre malvados a punto de echar abajo la puerta, mentiras sobre la miseria inminente que infligirían y mentiras sobre un gobierno que libraría al mundo de una condena inminente.

La serie documental de la BBC de 2002 «El Siglo del Yo» [2, ver más abajo] describe cómo la propaganda de Bernays en nombre de la United Fruit Company (ahora Chiquita Brands International) y el gobierno de los Estados Unidos para ayudar a derrocar al presidente democráticamente elegido de Guatemala, Jacobo Arbenz Guzmán. Arbenz quería nacionalizar las tierras de la compañía, pero Bernays ayudó exitosamente a calificar a Arbenz como un comunista con vínculos con la URSS, que no tenía ninguna base en la realidad. Esto preparó el escenario para el apoyo público para un derrocamiento violento de Arbenz respaldado por Estados Unidos.

Ya se trate de Irán, Siria, Afganistán, Ucrania o Libia, las tácticas de engaño de Bernays se han desarrollado aún más para mantener a las masas dóciles para vender el imperialismo bajo la mentira de una guerra contra el terrorismo, la intervención humanitaria o la libertad exportadora, mientras se enriquece intereses en el proceso.

Capitalismo de consumo e imperialismo

Millones de personas están ahora atrapadas en la búsqueda del modelo de consumismo de Bernays. Están encerradas en la adicción. Adicto a la búsqueda de la adquisición, del hedonismo, de la autogratificación. Adicta a la creencia de que hay un punto real para todo.

En la Declaración de Independencia de los Estados Unidos, está la frase «La vida, la libertad y la búsqueda de la felicidad». La libertad y la felicidad (o la búsqueda de ella) es central, pero fue subvertida por gente como Bernays. Con su conocimiento del psicoanálisis (Sigmund Freud era su tío), Bernays sabía que era relativamente fácil manipular los deseos y hacer que la gente se enganchara en el consumo.

Este gran «sueño americano» del consumismo se basó en el anhelo y la propaganda. Y se mantiene desnudando el medio ambiente, mediante la violación insostenible de la naturaleza para generar ganancias, y se sustenta en una guerra perpetua para captar recursos.

Como resultado de tal guerra, el complejo industrial-militar de los EEUU es ahora responsable de 20 millones de cadáveres [3] contando desde 1945, personas muertas por guerras y escuadrones de la muerte respaldados por Estados Unidos [4], operaciones encubiertas y desestabilizaciones. Todo ensalzado, loado, por innumerables iconos de Hollywood, comentaristas y políticos bajo la bandera de la defensa de la libertad y la democracia.

Para saber más: Los crímenes de la élite global contra la humanidad: la subversión de la felicidad y la verdad

¿Quién se beneficia?

El sistema globalizado del capitalismo de hoy existe para facilitar los deseos de alrededor de 6.000 a 7.000 personas: los extremadamente ricos del mundo que están estableciendo las agendas de globalización y guerra en el G8, el G20, la OTAN, el Banco Mundial y la OMC. Ellos son los niveles más altos de capital financiero y corporaciones transnacionales [5].

Estos multimillonarios (una clase capitalista transnacional) dictan las políticas económicas globales a través de su grupo de expertos de alto nivel y las redes de lobbies, y deciden quién vive y quién muere y qué guerras se libran e son inflingidas a qué personas.

Se los llama [así mismos en sus mass media] ‘creadores de riqueza’. «High flyers» [Emprendedores] que han robado la riqueza de la gente común, que la han escondido en paraísos fiscales, que han llevado a la quiebra a economías debido a sus imprudentes juegos y codicia y que han impuesto una forma de globalización que resulta en una destrucción devastadora y guerra para quienes intentan mantenerse independiente de ellos o de sus violentos ajustes estructurales promovidos a través de la privatización y el neoliberalismo económico para millones en países que lo han consentido.

No es de extrañar entonces que los intentos de restablecer el equilibrio hayan sido brutalmente reprimidos a lo largo de las décadas. Desde las organizaciones izquierdistas democráticas o gobiernos que persiguen una alternativa socialista o simplemente muestran tendencias independientes, esta clase ha usado agencias de inteligencia, grupos de fachada, amenazas, líderes cooptados o poderío militar para intentar subvertir o aniquilar cualquier amenaza a su hegemonía global.

¿Quién se perjudica?

Desde El Salvador y Chile hasta Egipto y el cinturón tribal de la India, la gente común en todo el mundo ha sido sometida a políticas que han resultado en opresión, pobreza y conflicto. Pero todo esto fue aprobado por los políticos y los medios de comunicación dominantes corruptos como deben ser las cosas.

Y cualquiera que haga frente a esta mentira es ridiculizado o es mucho peor para evitar que surja la verdad. Y esa verdad es que muchos de nosotros sabemos qué es realmente la «felicidad» y el tipo de sociedad necesaria para lograrla, basada en la propiedad común de los activos naturales (los comunes), la autosuficiencia, la localización, la democracia económica y la igualdad, y eso la gente inmensamente rica que se interpone en su camino hace todo lo necesario para evitar que la tengamos.

Sin embargo, son hombres y mujeres corrientes  los que se inscriben para unirse al ejército y apoyar este sistema en nombre de estas personas inmensamente ricas. En parte, gracias a Bernays, esas personas han sido expertas en manipular a las masas para que se reunan en torno a la bandera y la nación, evocando un emotivo sentido de patriotismo fuera de lugar para perseguir su militarismo o justificar su explotación.

En su libro «La historia del Pueblo de Inglaterra» [6], Al Morton documentó cómo la gente común, durante muchos cientos de años, se dispuso a desafiar a estos gobernantes y, a menudo, pagar con sus vidas. Nada salió gratis y los trabajadores comunes lucharon con uñas y dientes por todos y cada uno de los derechos que lograron obtener.

Es una parodia entonces que a la gente común de hoy en los países más ricos se les nieguen medios de vida dignos porque los trabajos se han vendido al mejor postor en lugares como China, un puesto colonial de facto del imperio estadounidense con su provisión de mano de obra barata.

Con los salarios de los trabajadores deprimidos, la demanda del consumidor apuntalada por la deuda, cuán conveniente es que la mentira de la ‘austeridad’ se use como ariete para terminar con lo que gente como Reagan y Thatcher hicieron en los 80 con sus programas políticos de promoción de grandes empresas, a favor de la privatización, antisindicales y antisistema. Y se supone que debemos agradecerles a ‘ellos’ por esto, votar por ‘sus’ políticos y apoyar ‘sus’ guerras.

Se alienta a los hombres y mujeres jóvenes  a inscribirse: a los nietos de los «héroes» que fueron carne de cañón sacrificados en masa en los campos de batalla empapados en sangre de innumerables guerras anteriores ya pueden enrolarse para luchar nuevamente. ¿Para qué, una tierra digna de héroes? O austeridad, bancos de alimentos, pobreza infantil, impotencia, más imperialismo y apuntalar el dólar estadounidense. ¿Para quien? Monsanto, Occidental Petroleum, BP, JP Morgan, Boeing y el resto.

La economía de los Estados Unidos ha sido vaciada. Gran parte de la fabricación ha sido enviada al exterior. Para aquellos que se beneficiaron, los trabajadores estadounidenses pueden ir al infierno de cabeza mientras las ganancias sigan aumentando. Es la capacidad de maximizar las ganancias desplazando el capital a lo largo del mundo lo que les importa, ya sea a través de acuerdos de libre comercio distorsionados que abran las puertas para el saqueo o la coacción y el militarismo que simplemente los derriba.

De Bernays a Trump

Bernays era un agente sofisticado en su tiempo. Pero en términos de poder manipular al público y mantenerlos a su lado, dóciles, enganchados y ajenos a lo que realmente está sucediendo, las cosas ciertamente han avanzado.

Hoy en día, existen sin duda cientos de empresas como Strategic Communications Laboratories (SCL) [7] [8], que ha llevado a cabo programas de ‘cambio de comportamiento’ en más de 60 países con clientes que incluyen a la British Military of Defense, el Departamento de Estado de EEUU y la OTAN. El uso de los medios para engañar al público parece ser uno de los puntos clave de venta de SCL.

Y luego está la APCO Worldwide, también políticamente bien conectada y, como lo dice Shelley Kasli [9], conocedor de «golpeando el tambor de la guerra» [10] y otras buenas actividades como facilitar el saqueo de la riqueza iraquí [ejecutado por la propia ONU, 11].

Ya sea que se trate del Consejo de Relaciones Exteriores CFR, Brookings o el resto de los grupos de expertos de alto nivel -que determinan las políticas que sus políticos deben vender al público- o los diversos y poderosos grupos de presión corporativos, lo que todos tienen en común es que todos están involucrados en orquestar nuestro futuro para su beneficio.

Pero nada de esto debe ser descubierto. Para que la propaganda siga siendo efectiva, el público debe permanecer en estado de coma, emocionalmente maleable, concentrado en el consumismo y sometido sin cesar a una cámara de ecos de lemas vacíos sobre el patriotismo, el coco a las puerta y la libertad y la democracia.

El sistema debe promover una mentalidad masiva que sea inmune a las mentiras porque la alternativa es el análisis racional y el cambio emancipatorio.
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THE CENTURY OF SELF (Adam Curtis)- El Siglo del Yo, subtitulado en castellano
HAPPINESS MACHINES E1

THE INGENIEERING OF CONSENT E2

THERE IS A POLICEMAN INSEDE ALL OUR HEADS E3

EIGHT PEOPLE SIPPING WINE IN KETTERING E4