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Este domingo cerca de cuatro millones de ciudadanos están llamados a votar para escoger un nuevo Congreso y al nuevo presidente de Paraguay entre dos candidatos: el aspirante de la izquierda, Efraín Alegre (Partido Liberal Radical Auténtico), quien fuera ministro del gobierno de Fernando Lugo; y el oficialista Mario Abdo Benítez (del partido Colorado), hijo de un exdirigente de la dictadura de Stroessner.

En la víspera de estas elecciones se prohibió hacer proselitismo o difundir propaganda política, mientras que analistas aseguraron que los electores muestran su desencanto y cierta apatía por la jornada del domingo.

Aunque la economía en Paraguay ha mantenido un crecimiento considerable en los últimos años, aún hay problemas de fondo que el nuevo gobierno deberá afrontar.

La precariedad social se ve reflejada en el poco acceso a los servicios de salud, a una educación de calidad, en pocos empleos y, principalmente, en la desigualdad.

La pobreza golpea a 26,4 por ciento de sus 6,8 millones de habitantes, según datos de la Dirección de Estadística, Encuestas y Censos de Paraguay.

CLAVES:

Paraguay es y ha sido un país en el que el orden político no ha cambiado en los últimos 50 años. Desde que terminó la dictadura de Juan Alfredo Stroessner (1954-1989), todas las elecciones presidenciales menos una fueron ganadas por el Partido Colorado, de corriente de derecha.
Los colorados fueron los amos del país a partir de 1947 y durante seis décadas, incluido el período de 45 años en el que fueron el sostén de la dictadura de Alfredo Stroessner. Su hegemonía concluyó en el 2008, tras el ascenso a la presidencia de Fernando Lugo, a la cabeza de una alianza de centro-izquierda.
En 2008, el exobispo Fernando Lugo se convirtió en el segundo presidente de izquierda del país sudamericano y el primero tras la dictadura de Stroessner. Sin embargo, Lugo no pudo culminar su mandato por el golpe de Estado parlamentario que lo derrocó en 2012.
Tras la destitución de Lugo, el Partido Colorado consiguió la victoria en las elecciones generales de 2013 de la mano de Horacio Cartes, quien no se presentó a la reelección, pero es candidato en estas elecciones para ocupar una banca como senador en el congreso.
Cinco años después, izquierda y derecha se volverán a ver las caras en las urnas. Pero, ¿quiénes son los candidatos con posibilidades de dirigir este país sudamericano, que es el cuarto exportador de soja del mundo y también un importante vendedor de energía eléctrica?

PERFILES:

Mario Abdo Benítez (Partido Colorado)

Perteneciente a una familia de alta alcurnia, Mario Abdo Benítez, de 46 años, es el favorito de las encuestas. Graduado en mercadeo en Estados Unidos, “Marito” es uno de los rostros jóvenes de la política paraguaya, pero carga con la pesada cruz de la relación de su familia y la dictadura de Alfredo Stroessner.

Sus primeros pasos en la política fueron en 2005 como miembro del movimiento Reconstrucción Nacional Republicana. ​ Luego fue miembro del movimiento Paz y Progreso y fue nombrado vicepresidente del Partido Colorado en 2005.​ En 2013 llegó al Senado y en junio de 2015, fue elegido presidente del Senado de Paraguay.​

Sin embargo, Abdo Benítez ha sido criticado por su cercana relación con el régimen Stroessner, ya que su padre, Mario, fue por años el secretario privado del dictador paraguayo. Sus críticos le han cuestionado actitudes como haber asistido a los funerales de Stroessner en su exilio de Brasilia en 2006 y el haber propuesto que el partido Colorado le rindiera tributo.

Pero Abdo Benítez asegura haber construido una identidad propia a pesar de su origen. “Yo lamento la parte negra de nuestra historia, pero como muchos paraguayos pienso que no debe ser una excusa para mantener una división entre compatriotas. Yo tenía 16 años cuando cayó Stroessner”, afirma.

Mario Abdo Benítez consiguió la candidatura del Partido Colorado a pesar de no contar con el apoyo del presidente Horacio Cartes, quien le retiró su apoyo luego de que “Marito” se pusiera en contra de su interés de reelegirse. Llegó a ser vicepresidente del Partido Colorado y presidente del Senado y desde allí construyó la disidencia interna que le terminó por arrebatar la candidatura en estas elecciones al delfín del mandatario, Santiago Peña.

El candidato de derecha ganó las primarias del Partido en diciembre de 2017 al derrotar al exministro de Hacienda y candidato del gobierno Santiago Peña con 570.921 votos (51,01%) en comparación con 483.615 (43,23%) de Peña.

Sin embargo, en el marco de unas nuevas elecciones, y ante la posibilidad real de una derrota electoral ente la izquierda, Cartes ha declarado oficialmente su apoyo a la candidatura de Abdo Benítez.

“Aquí todos somos uno, y vamos a liderar con ustedes está gran reconstrucción que necesita nuestra república, un proceso de transformación, y lo vamos a hacer juntos los colorados y los paraguayos de bien”, afirmó Abdo Benítez en un acto electoral en el que fue acompañado por el presidente Cartes el pasado mes de marzo.

Efraín Alegre (Coalición de izquierda)

Abogado y militante del partido Liberal desde muy joven, el candidato presidencial opositor Efraín Alegre, de 55 años, aspira a romper la hegemonía del oficialista partido Colorado al frente de una coalición de centro izquierda en las elecciones del domingo.

Hijo de un hacendado y comerciante del departamento de Misiones, es el octavo de doce hermanos. Tiene cuatro hijos y está casado con Mirian Irún desde hace 26 años, es católico practicante, opositor al aborto y al matrimonio igualitario, en contradicción con varios partidos que lo apoyan en su Alianza Ganar.

Esta es la segunda vez que Alegre se presenta a unas elecciones por segunda vez en cinco años. En 2013 cayó derrotado por el actual presidente, el empresario Horacio Cartes, en unos comicios donde su partido se presentó sin alianzas. El actual mandatario ganó con un 48% de los votos frente al 39% que obtuvo Alegre. (En Paraguay no hay segunda vuelta).

Egresado de la Universidad Católica, máster en Ciencias Políticas por la Universidad Nacional, posgrado en Derecho Comunitario por la Universidad de Salamanca (España), exministro de Obras, expresidente tanto de la Cámara de Diputados como de la de Senadores, además presidente de su partido, Alegre tiene un perfil político completo.

Alegre propugna reducir al mínimo las tarifas de la electricidad y ofrece salud gratuita a favor de los indigentes, postura que apresuró a su rival político a advertir una tendencia populista, mala palabra en esta nación sandwich entre Argentina y Brasil.

Alegre remarca que los últimos 70 años de gobierno colorado -salvo el período de cuatro años que gobernó su actual aliado el exobispo izquierdista Fernando Lugo (2008-2012)- han sido sinónimo de “inestabilidad, pobreza, despilfarro y corrupción”, al tiempo que exhortó al electorado a “vencer al continuismo para empezar a crecer”.

Pero carece de la aceitada estructura con que cuenta el partido Colorado. Por ello insta a votar contra la hegemonía colorada, a la que atribuye responsabilidad en la pobreza estimada en 26,4% (global 2017, que vive con menos de 100 dólares mensuales) y una pobreza extrema de 4,41% (que vive con menos de 50 dólares).