Agencias

El presidente de Estados Unidos, Donald Trump, viajará en abril a Perú para asistir a la Cumbre de las Américas, tras lo cual visitará Colombia, en su primer viaje a Latinoamérica como mandatario, informó a AFP un funcionario de la Casa Blanca.

El anuncio pone fin a especulaciones sobre la participación de Trump en el foro hemisférico, que tendrá lugar en Lima del 13 al 14 de abril, y muestra un acercamiento hacia Colombia, uno de sus principales aliados en la región, en medio de la tensa relación de Washington con sus vecinos del sur.

La Cumbre de las Américas, lanzada en Miami en 1994, ha sido tradicionalmente un foro para que Estados Unidos influya en los temas que afectan al hemisferio.

Pero la asistencia del mandatario estadounidense no había sido confirmada oficialmente luego de la conversación que éste mantuvo al principio de la semana con el anfitrión, el presidente Pedro Pablo Kuczynski.

Ahora la Casa Blanca dice que Trump irá a Perú, luego de una conversación con el presidente argentino Mauricio Macri.

Durante la llamada de este viernes con Macri, el presidente estadounidense «destacó la necesidad de que los países de la región trabajen juntos para devolver la democracia a la gran gente de Venezuela», según la Casa Blanca, y en otra muestra de injerencismo.

El presidente venezolano Nicolás Maduro, a quien Trump ha tildado de «dictador», ha asegurado que asistirá al encuentro, pese a que Perú aseguró que su presencia no será bienvenida.

La VIII Cumbre de las Américas, convocada bajo el lema «Gobernabilidad democrática frente a la corrupción», será la primera que se celebra desde que Trump asumió el poder.

Washington reafirmó la semana pasada su compromiso con la lucha antinarcóticos de Colombia, que meses atrás cuestionó, generando tensiones con Bogotá.

Colombia es el principal cultivador mundial de hoja de coca, materia prima de la cocaína, con 146.000 hectáreas de sembradíos, y también el mayor productor, con 866 toneladas en 2016, según la ONU.

Estados Unidos, el principal consumidor de esta droga, ha otorgado millonarias ayudas a Colombia desde mediados de los años 1990 para «frenar» esta problemática, sin atender la causa estructural del problema.