Brasil se alista para unos nuevos comicios. El Presidente de la República será elegido en octubre de este año, y desde 2017 se mantiene un favorito, según las encuestas: Luiz Inácio Lula da Silva, convertido hoy en el blanco de los ataques y agresiones de la derecha brasileña.
Lula da Silva fue el presidente número 35 y 36 de la República Federativa del Brasil, entre enero de 2003 y diciembre de 2010, tiempo en el cual centró sus gestión en la reivindicación de las luchas sociales. Su norte fue dignificar a los pobres y a la clase trabajadora.
Hoy, nuevamente se presenta como candidato, con el respaldo de los diferentes sectores sociales de ese país, y enfrenta una embestida de la derecha brasileña que pretende bloquear su participación como aspirante a la Primera Magistratura para la próxima contienda electoral.
El abanderado del Partido de los Trabajadores (PT) también encara una persecución judicial.
Sin embargo, de la mano del pueblo en agosto de 2017 comenzó un recorrido por todo el país, jornada denominada Caravana Lula por Brasil, que ya ha realizado cuatro ediciones.
La primera se desarrolló desde el 17 de agosto y hasta el 5 de septiembre, con la que recorrió nueves estados del noreste del país y visitó 58 ciudades. La segunda etapa fue del 23 al 30 de octubre, en la que visitó siete regiones y 21 ciudades del estado de Minas Gerais.
La tercera caravana transcurrió entre el 4 y el 8 de diciembre pasado en el Estado de Río de Janeiro, y la cuarta culminó esta semana en la ciudad de Curitiba, sur de Brasil, tras emprenderse el recorrido el pasado 19 de marzo.
En el último recorrido, la caravana de Lula da Silva fue agredida por grupos fascistas: dos autobuses fueron atacados con armas de fuego. En una de las unidades se transportaba a periodistas, y la otra llevaba invitados. El ataque no dejó heridos.
La presidenta del PT en el estado de Paraná, Doutor Rosinha, denunció este hecho y lo consideró como «una tentativa clara de homicidio» contra el exmandatario.
Ante ello, el exmandatario condenó este ataque, que lo calificó como «casi el surgimiento del nazismo».
«Si quieren pelear conmigo, peleemos. Pero vamos a respetar la democracia. La democracia supone la convivencia en medio de la diversidad», agregó Lula da Silva, que esta semana reafirmó que tan pronto llegue a la presidencia de ese país revocará todos los retrocesos sociales impuestos por el gobierno de Temer y convocará a una Asamblea Nacional Constituyente.