Rodolfo Koé Gutiérrez
Rebelión

 

La decisión del gobierno de Mauricio Macri de excluir a las ya acreditadas organizaciones civiles de la Cumbre Ministerial de la Organización Mundial de Comercio (OMC) a realizarse la semana próxima en Buenos Aires, por no explicadas razones de seguridad, provocó repudios en todo el planeta, mientras las autoridades de la OMC tomaron distancia de la medida.Es la primera vez que un gobierno prohíbe la participación a organizaciones que siempre formaron parte de las cumbres. La decisión de excluir a los integrantes de las Ong en la cumbre de la OMC, ahora conducida por la ex canciller argentina Susana Malcorra, generó cuestionamientos que están llegando a las oficinas de su sucesor en el cargo, Jorge Faurie.

Incluso, algunas como Global Justice Now, objetan la permanencia de Macri como presidente del G20 luego de este escándalo, señala Tiempo Argentino.

El escándalo –como era de esperarse- tomó dimensiones internacionales, llegó al Financial Times y a la prensa de cada uno de los países en donde hay organizaciones excluidas por la decisión el gobierno de Macri. La OMC, cuyo director general es el brasileño Roberto Azevêdo, está avisando y disculpándose ante las organizaciones.

El gobierno argentino revocó 63 acreditaciones otorgadas por la OMC a unas veinte asociaciones de sociedad civil para participar de la 11º Conferencia Ministerial del organismo. Uno de los grupos rechazados es de África, dos de Asia y el resto de Europa y América. Algunos de a quienes se les denegó la acreditación eran investigadores que colaboran hace quince años con la organización. La decisión continúa cosechando comunicado de repudio por el carácter antidemocrático de la medida.

Para los movimientos sociales del Cono Sur sudamericano la actitud es coherente con las políticas llevadas adelante por el gobierno macrista desde diciembre de 2015, cuando comenzó a vaciar la participación social en Mercosur y Unasur, sustituyendo a los movimientos sociales –como las centrales sindicales y de pequeños y medianos empresarios- por ONGs derechistas y asociaciones de fomento, como los Bomberos Voluntarios de San Fernando.

Algunos diplomáticos argentinos de carrera alertaron a la Cancillería del costo político que ello representaría, pero la decisión ya estaba tomada de antemano, por ignotas razones de seguridad, una muletilla que justifica cualquier represión e incluso el asesinato de dos jóvenes en los últimos meses por fuerzas “del orden”.

Otros, hablan de una cortina de humo. Para la la ex embajadora argentina en Estados Unidos Cecilia Nahón, “la victoria de Trump, los cambios políticos en Europa y el Brexit generan fisuras serias para las loas homogéneas al libre comercio y la desregulación que pretendía lanzar Argentina en el G-20 y la OMC”. Tenemos una oportunidad para sellar la discusión internacional con una agenda propia, pero es una paradoja que lo haga un Gobierno sin una visión desde el sur ni latinoamericana”, añadió,

“El precedente de prohibir delegados ya registrados en la Organización Mundial de Comercio (OMC) es escandalosa y preocupante no sólo para la propia reunión sino también para la presidencia argentina del G-20”, señaló a Página 12 el periodista indio Chakravarthi Raghavan, quien cubre negociaciones comerciales desde hace décadas y comparó esta situación con su propia experiencia durante el mandato dictatorial de Jorge Rafael Videla.

Los funcionarios de la OMC se lavaron las manos y aseguraron que “es una decisión 100 por ciento del gobierno argentino”. El jefe de Relaciones Exteriores de la OMC, Bernard Kuiten, fue el encargado de contactar a los grupos afectados para explicarles que para el organismo habían sido aceptados como “participante elegible” pero la negativa era expresamente responsabilidad del país anfitrión. Es más, Kuiten aconsejó a estos grupos no viajar a la Argentina para no ser detenidos o deportados.

La revocación de las autorizaciones por parte del gobierno argentino, en momentos en que asume la presidencia del G-20, generó algún malestar entre los directivos de la OMC, quienes se comunicaron con los grupos afectados y reconocieron no contar con precisiones por la medida adoptada. La decisión de dejar afuera del evento a más de medio cententar de grupos ya acreditados estuvo a cargo del Ministerio de Seguridad y de la Agencia Federal de Inteligencia (AFI), aduciendo que “tenían vocación más disruptiva que constructiva”.

Entusiasmados con crear “el enemigo interno”, ahora también han creado “el enemigo externo” ante la pasividad de directivos de la OMC que parecen aliviados con la posibilidad de evitar discusiones, protestas, reclamos, o manifestaciones como la que se produjo hace pocos meses en Hamburgo en la anterior reunión del G-.20.

“La OMC acreditó debidamente a su ONG como participante admisible para la 11a Conferencia Ministerial de la OMC que se realizará en Buenos Aires del 10 al 13 de diciembre de 2017. Sin embargo, el gobierno anfitrión nos informó que, por razones sin especificar, las autoridades de seguridad argentinas decidieron rechazar su acreditación”, fue el mail que recibieron las entidades rechazadas.

En ese correo electrónico se aclara que se hicieron “varias consultas relativas a esta medida inesperada, pero no tenemos esperanza de que sea posible encontrar una solución. Por lo tanto, recomendamos que no viaje a Argentina para evitar ser rechazado al momento de ingresar al país”. Finalmente, se le aconseja contactarse (sólo) por mail con las autoridades argentinas. Quizá alguien les responda o su nombre pase a engrosar la nómina de eventuales “terroristas”.

“Las listas negras del gobierno de Mauricio Macri en Argentina son preocupantes, y revelan la verdadera cara de este gobierno: neoliberal, empresarial y al servicio del uno por ciento de la población. Este es un intento por parte del gobierno para silenciar la voz de la sociedad civil”, aseguró Alberto Villarreal, portavoz sobre asuntos comercio de Amigos de la Tierra América Latina y el Caribe, una red de grupos ambientalistas dentro de Amigos de la Tierra Internacional, a la que le revocaron dos de sus acreditados.

El vicepresidente de la sede alemana de la red, Ernst-Christoph Stolper, aseguró que “esta medida contraviene las normas internacionales relativas a la participación de la sociedad civil en asuntos de gobernanza mundial, así como la autoridad de la OMC”. “Un día antes de que Alemania le entregue la presidencia del G-20 a Argentina, nadie se podría haber imaginado una peor señal contra la gestión del orden internacional de manera social y ecológica”, aseguró Stolper.

Por su parte, las ONGs argentinas enviaron una carta al presidente Macri, expresando su “extrema preocupación” por la decisión del Gobierno no sólo de cancelar la acreditación sino de además denegarles el visado de entrada con el objetivo de retrasar o complicar innecesariamente el procesamiento para participar en la Conferencia Ministerial o en actividades relacionadas. “Mientras el gobierno negocia en acuerdos secretos que busca anunciar la reunión de la OMC, incluido el llamado acuerdo de libre comercio entre la Unión Europea y Mercosur, alega razones desconocidas de seguridad para reprimir la participación y la voz de quienes podrían expresar una opinión diferente”, aseguraron de una ONG.

Desde la ONG británica Global Justice Now consideraron que “el presidente Mauricio Macri mostró claramente que su Gobierno no respeta la democracia ni el pluralismo”. “Participamos en muchas reuniones ministeriales sin ningún problema, pero ahora nuestra delegación de cuatro personas tiene revocada su acreditación, a pesar del hecho de que hemos estado involucrando a nuestro gobierno en la OMC durante años, y tienen entradas y hoteles no reembolsables (para la conferencia en Buenos Aires), sostuvo Nick Dearden, de esa ONG.

La portavoz de la organización ‘Our World is not for Sale’ (Nuestro Mundo no está a la Venta)”, Deborah James, aseguró que más de 250 miembros de esa organización asistieron a reuniones internacionales de la OMC, Naciones Unidas y otros foros, y los anfitriones nunca han negado la entrada sin justificación provista. “Hubo encuentros en Singapur, Estados Unidos, Qatar, México, Hong Kong (China), Suiza, Indonesia y Kenia, y nunca hubo semejante represión”, agregó.

Entre las organizaciones rechazadas figuran 11.11.11 (Bélgica), Siemenpuu (Finlandia), Derechos Digitales (Chile), UNI Global Union (Suiza), Transnational Institute (Holanda) y People over profit (Filipinas). El listado incluyó además a tres argentinas: Instituto del Mundo del Trabajo, Fundación Grupo Efecto Positivo y la Sociedad de Economía Crítica.

Disenso prohibido

“Argentina no ofrece las condiciones necesarias para la pluralidad de voces por primera vez en la historia de la Organización Mundial del Comercio. Es insólito e inaudito”, señaló el doctor en Derecho, Javier Echaide. “No hay tolerancia a voces disonantes al foro, ni siquiera hay espacio para un taller o diálogo con ministro de Comercio que vienen a participar de la reunión”, agregó.

Carlos Bianco, exsecretario argentino de Relaciones Económicas Internacionales señaló que en esta oportunidad el problema no es el foro, sino la agenda que plantea Argentina. “El problema no es la OMC sino Macri. La OMC es el principal vector institucional de las políticas de libre comercio. Los resultados de la Conferencia Ministerial no van a ser catastróficos ni desastrosos, porque no va a suceder mucho. El problema para el desarrollo argentino es lo que no se discute al interior del organismo”, señaló Bianco.

Quizá lo que intenta el gobierno de Macri es que en lugar de que se hable de los sustantivo, de la agenda del G-20 (reunido en una militarizada ciudad de Bariloche, en el sur del país) o de la OMC y el libre comercio, es esconder la realidad tras esta cortina de humo que acompaña a la brutal represión a los mapuches, a quienes ha elegido como “enemigo interno”.

Rodolfo Koé Gutiérrez. Periodista económico argentino, analista asociado al Centro Latinoamericano de Análisis Estratégico (CLAE, estrategia.la )