Agencias
«Nos mintieron (…) Mandaron una mierda a navegar», exclamó angustiada Itatí Leguizamón, esposa del cabo primero Germán Suárez, a las puertas de la base naval de Mar del Plata. Junto a ella, otro familiar resumió el sentimiento de la mayoría: «Están todos muertos».A las puertas de la base naval de Mar del Plata, donde se han congregado los familiares, se han vivido escenas de gran angustia y desesperación. Algunas personas se arrojaron al suelo entre llantos y gritos, mientras los familiares más molestos lanzaban públicamente duros reproches a la Armada.
Itatí Leguizamón pudo contener su dolor para expresar su angustia públicamente: «Nos mintieron. No pudieron acabar de leer (el parte). La gente se abalanzó sobre ellos (…) Mandaron una mierda a navegar. ¿Cómo no van a pasar estas cosas? Inauguraron años atrás un submarino pintado por fuera. ¿Por qué no habían dicho lo del incendio en las baterías? ¿Cómo no van a saber esas cosas y nos enteramos por los medios? Creo que nos ocultaron información, lo creemos todos», dijo la esposa del cabo Suárez.
Horas antes, Leguizamón había revelado que su pareja le había transmitido sus dudas cada vez que embarcaba en el ARA San Juan: «Tenía la sensación de que era una ruleta rusa».Desde que desapareció el submarino el miércoles de la semana pasada en aguas del Atlántico Sur, la Armada ofrece todos los días información a un grupo de unos 200 familiares que se han congregado en la ciudad de Mar del Plata, base operativa de la nave.
Reciben las novedades unos minutos antes de las comparecencias de Balbi ante la prensa.En el parte de este jueves, la Armada confirmó que la anomalía hidroacústica detectada por Estados Unidos fue confirmada por un centro con sede en Austria encargado de monitorear y denunciar la realización de ensayos nucleares. El miércoles de la semana pasada se registró «un evento anómalo, singular, corto, violento y no nuclear consistente con una explosión», explicó Balbi.