Agencias
El expresidente derechista Sebastián Piñera ganó ayer la primera vuelta de las elecciones chilenas. Sin embargo, las encuestas se equivocaron y no tendrá tan fácil como parecía la victoria en la segunda vuelta del 17 de diciembre. Con casi el 96% escrutado, Piñera obtenía el 36,6% de los votos, lejos del 43% que le atribuian los sondeos. Con este resultado, el empresario opositor de 67 años que ya gobernó el país entre 2010 y 2014, no tiene asegurado su regreso al palacio de La Moneda.
Piñera, al frente de la coalición Chile Vamos, se enfrentará en el balotaje al popular periodista Alejandro Guillier, de 64 años, que con el 22,6% de los sufragios convalidó las encuestas. Guillier, senador independiente desde hace cuatro años por el Partido Radical Socialdemócrata (PRSD), se postula por La Fuerza de la Mayoría, una de las dos coaliciones en que se ha dividido la alianza que gobierna Chile con la presidenta Michelle Bachelet y que incluye a partidos como el socialista o el comunista.
La sorpresa la dio la también periodista Beatriz Sánchez, de 46 años y representante del Frente Amplio, la izquierda alternativa indignada con los políticos tradicionales, que alcanzó el 20,3% de los votos en lugar del 14% que le atribuian los sondeos. Estos resultados permiten a Guillier soñar con la presidencia si logra una alianza o consigue el apoyo de los votantes de Sánchez. Además, Guillier contaría con los sufragios de la democristiana Carolina Goic (5,9%), que encabeza Convergencia Democrática, la otra coalición progubernamental.
A pesar de haber logrado menor apoyo del previsto, Piñera compareció ante sus seguidores convencido de ganar la presidencia dentro de un mes
No obstante, Guillier también debería seducir a votantes de las otras opciones progresistas. Seis de los presidenciables son de centroizquierda, frente a dos convervadores, Piñera y el ultraderechista José Antonio Kast. En este sentido, Piñera no debería tener problemas para sumar los votos de Kast (7,9%).
A pesar de haber logrado menor apoyo del previsto, Piñera compareció ante sus seguidores convencido de ganar la presidencia dentro de un mes. «Espero ser el presidente de la unidad de los chilenos», dijo el empresario, que lanzó un primer guiño a Kast agradeciendo «muy especialmente» su campaña y su resultado.
También Guillier se mostró seguro de la victoria en segunda vuelta. «Somos más y, por lo tanto, ganaremos en diciembre», manifestó el candidato oficialista, mencionando que había recibido llamadas de felicitación de Sánchez y Goic. «Las puertas están abiertas para todos», agregó, empezando inmediatamente la búsqueda de apoyos. «Somos más los que estamos por el cambio», insistió. «Hoy triunfó el futuro y no el pasado, dijo Guillier.
Por su parte, Sánchez, la gran triunfadora de ayer, apareció exultante ante sus eufóricos simpatizantes. Sin adelantar su postura ante la segunda vuelta, insinuó un posible apoyo a Guillier. «Chile quiere un cambio y lo dijo hoy día votando», aseguró Sánchez antes de criticar duramente a las encuestadoras que le atribuyeron un peor resultado y responsabilizándolas de no haber pasado a segunda vuelta.
La atomización de las opciones progresistas, así como la desmovilización de sus votantes como consecuencia de los numerosos casos de corrupción que afectan al gobierno –incluyendo a Bachelet, cuya nuera está procesada por un pelotazo inmobiliario– han favorecido a Piñera quien, no obstante, también está salpicado por operaciones financieras dudosas. De todas formas, la desmovilización es general, muchos chilenos están desencantados, lo que se ha traducido en un apoyo mayor del esperado a candidatos alternativos como Sánchez o Kast. En el 2012 el voto pasó a ser voluntario y provocó una caída de la participación, que ayer sólo rozó el 50%. Por primera vez, pudieron votar los chilenos en el extranjero.
La jornada se celebró con normalidad, a excepción del incidente que se produjo cuando un grupo de jóvenes irrumpieron en la sede central de campaña de Piñera, en el distrito santiaguino de Las Condes, a la misma hora en que el exmandatario votaba en su colegio. La policía desalojó y detuvo a 21 manifestantes.
Piñera se postula con un programa que aboga por la continuidad del modelo económico neoliberal en el cual Bachelet introdujo algunas correcciones sociales, como las tímidas reformas tributaria y laboral o la introducción de la gratuidad en la enseñanza universitaria. La coalición Chile Vamos está conformada por cuatro partidos derechistas, los más destacados, Renovación Nacional (RN) –el de Piñera– y la Unión Demócrata Independiente (UDI), muchos de cuyos líderes aún defienden el pinochetismo.