Soldados de la Marina de EE.UU. ayudan a un compañero suyo en Afganistán en 2017.

Para reclutar a 80.000 soldados, Washington permitirá postularse a personas con antecedentes de trastornos mentales, abuso de drogas y tendencias suicidas.

Las personas con antecedentes de enfermedades mentales, intentos de suicidio y abusos de drogas ahora pueden postularse para servir al Ejército de EE.UU., según un informe publicado este domingo en el diario estadounidense USA Today.

Esta decisión se adopta para tratar de cumplir el Ejército estadounidense su objetivo de reclutar 80.000 nuevos soldados de aquí a septiembre de 2018, mientras el presidente Donald Trump pide más fondos al Congreso para cubrir los gastos venideros de la campaña “antiterrorista” de la Casa Blanca.

Este es el segundo año consecutivo en que el Ejército cambia sus estándares de reclutamiento para cumplir las exigencias de incremento del número de efectivos de las fuerzas estadounidenses.

El año pasado, para alcanzar la meta de 69.000 reclutas, el Ejército comenzó a admitir a solicitantes que no obtenían buenas puntuaciones en las pruebas de aptitud, a la vez que aumentaban las exenciones para quienes consumían marihuana.

 

Conforme a la nueva política, solicitantes con problemas de salud mental que anteriormente hubieran quedado excluidos del servicio militar pueden solicitar exenciones que les permitan inscribirse.

Tras los atentados del 11 septiembre de 2001 y el posterior embarco de EE.UU. en una “guerra contra el terrorismo” en diferentes lugares del mundo como Afganistán, Irak y Siria, los altos mandos militares a menudo no han podido gestionar los problemas de salud mental de los combatientes después de los aumentos de los suicidios y de la violencia contra civiles inocentes.

De acuerdo con los datos del departamento de Defensa (el Pentágono), más de 200 miembros activos del servicio han muerto por suicidio cada año desde 2008.

Un estudio publicado este año por JAMA Psychiatry reveló que los intentos de suicidio en el Ejército a menudo son contagiosos y provocan que más de un recluta intente quitarse la vida.

La última controversia sobre la salud mental de los militares estadounidenses tuvo lugar la semana pasada, luego de que Devin Kelley, un antiguo miembro de la Fuerza Aérea, asesinara a tiros a 26 personas durante una ceremonia religiosa en Sutherland Springs (Texas).