AVN
El Gobierno de la República Bolivariana de Venezuela rechaza categóricamente las declaraciones injerencistas del Gobierno de los Estados Unidos de norteamérica respecto al proceso de elecciones regionales celebrado en la nación suramericana el pasado domingo 15 de octubre.
Mediante un comunicado emitido por la Cancillería de la República, Venezuela reitera su rechazo a las políticas injerencistas de corte imperialista aplicadas por el Gobierno estadounidense, y condena su pretensión de tildar de «fraudulento» un proceso electoral efectuado de forma soberana por el pueblo venezolano.
A continuación el comunicado íntegro:
«La República Bolivariana de Venezuela rechaza categóricamente la más reciente muestra de arrogancia del régimen discriminatorio de los Estados Unidos de América, la cual forma parte de su sistemática campaña de agresiones y acciones hostiles e inamistosas contra nuestro país, al pretender tildar de «fraudulentas» las exitosas elecciones regionales celebradas el pasado 15 de octubre en nuestro país. Dichos comicios, vale recordar, se desarrollaron en un ambiente de paz y civismo, de manera libre y justa, con acompañamiento nacional e internacional, con la participación de más de once millones de venezolanas y venezolanos (61.4% del padrón electoral), y cuyos resultados han sido reconocidos incluso por amplios sectores de la oposición venezolana.
La República Bolivariana de Venezuela rechaza, además, las pretensiones del régimen supremacista estadounidense de elevarse por encima de la Constitución Nacional y de la voluntad soberana del pueblo venezolano, al desconocer sus instituciones legítimas.
La República Bolivariana de Venezuela, en este sentido, recuerda al imperio estadounidense que el Poder Electoral venezolano, representado en el Consejo Nacional Electoral, es la autoridad facultada por la Constitución para conocer del hecho electoral y será de acuerdo a los mecanismos establecidos por ésta institución y por nuestro ordenamiento jurídico que se llevará a cabo cualquier proceso de auditoría, resaltando el hecho de que el sistema electoral venezolano se somete a auditorías antes, durante y después de cada elección, así como a un proceso de verificación ciudadana al cierre de la votación, con el fin de garantizar la transparencia y confiabilidad del proceso electoral, y en el que participan representantes de todas las partes políticas que concurren en las elecciones.
Llaman particularmente la atención los insolentes cuestionamientos y la doble moral del Gobierno de los Estados Unidos de América al referirse al sistema electoral venezolano, reconocido como uno de los más confiables a nivel internacional, más aún cuando ese país tiene un sistema electoral no sólo anacrónico, elitista, de segundo grado, y con escasos mecanismos de verificación, sino que abundan, además, las denuncias de prácticas sistemáticas para la supresión de votos, especialmente de la población afroestadounidense, así como el uso continuado del gerrymandering para impedir la representación de minorías étnicas.
La República Bolivariana de Venezuela, asimismo, recuerda al régimen estadounidense que la Asamblea Nacional Constituyente deriva su legitimidad del poder originario que le confirió el pueblo libre y soberano de Venezuela en las exitosas elecciones del pasado 30 de julio de 2017, y que, con arreglo a las disposiciones del Artículo 349 de la Constitución «Los poderes constituidos no podrán en forma alguna impedir las decisiones de la Asamblea Nacional Constituyente». En este sentido, el Pueblo y Gobierno venezolano subrayan que no aceptan ni aceptarán jamás el tutelaje ni la intervención de ningún poder extranjero en sus asuntos internos.
La República Bolivariana de Venezuela, de igual forma, le exige al imperio estadounidense respetar la institucionalidad venezolana, al tiempo que denuncia ante la comunidad internacional que tales agresiones están orientadas a generar nuevas tensiones internas, descarrilar el proceso de diálogo político, y alimentar el discurso de los sectores más extremistas de la política nacional, que han hecho de la violencia, de la intolerancia y del odio, con el irrestricto apoyo del régimen estadounidense, su arma para alcanzar el poder, a pesar del profundo rechazo del pueblo venezolano, tal como lo demostraron los resultados electorales del pasado 15 de octubre de 2017.
El más reciente Comunicado del Departamento de Estado de los Estados Unidos de América no sólo insulta al pueblo venezolano y a su convicción democrática y pacífica, sino que intenta justificar su criminal política de agresión, al pretender obtener por la fuerza lo que sus subordinados locales, quienes hoy piden imponer sanciones contra su propio pueblo y una intervención contra su propio país, no han sido capaces de alcanzar a través del voto popular.
La República Bolivariana de Venezuela reitera que no cederá ante presiones, amenazas, ni sanciones y que hará uso de todas las herramientas políticas y diplomáticas a su disposición para hacer respetar su soberanía y defender su independencia.»