El grupo de observadores, en el que también había representantes del gobierno local, la iglesia y otros organismos, viajaba hacia el poblado El Tandil, en el convulso municipio de Tumaco, en la costa Pacífica, donde unos enfrentamientos entre uniformados y campesinos dejaron varios muertos y decenas de heridos el viernes.
“En medio del recorrido la delegación fue atacada por miembros del ESMAD (antidisturbios) y Policía Antinarcóticos con una bomba de aturdimiento a las 14:20 horas”, dijo la oficina de Naciones Unidas en Colombia en un comunicado donde describe que, en total, los agentes les lanzaron cuatro artefactos en cuatro minutos, se escucharon disparos y utilizaron algún tipo de gas.
“Una de ellas (bombas) estuvo a punto de impactar sobre algunas personas”, agregó el texto.
Naciones Unidas subrayó que la misión humanitaria tenía autorización para hacer ese viaje.
El vicepresidente Óscar Naranjo había admitido horas antes que el comportamiento de la policía fue “irregular” y cuatro uniformados fueron suspendidos de su cargo mientras se resuelve la investigación.
El gobierno anunció el viernes que seis personas habían muerto y una veintena resultaron heridas en un altercado del que responsabilizó a las disidencias de las Fuerzas Armadas Revolucionarias de Colombia (FARC), que fue la principal guerrilla del país y desde hace unos meses transita hacia la vida política tras dejar las armas.
Los campesinos, sin embargo, acusan a la policía de esas muertes.
En el lugar donde fueron atacados los funcionarios de Naciones Unidas ya había algunos periodistas y miembros de organizaciones de derechos humanos locales, agregó el comunicado de la ONU.
Para el organismo internacional todavía no está clara la cifra de fallecidos el viernes. Tampoco lo están las condiciones en que sucedieron los enfrentamientos.
La Misión de Verificación de la ONU, la Oficina de la ONU para los Derechos Humanos y la MAPP-OEA rechazaron el incidente.