Héctor Herrera Jiménez
Serbia, Georgia, Ukrania y Kirguiztan, pasando por Líbano (Revolución del Cedro – 2005), Bielorrusia, Zimbabwe, Irán, Siria, y las Primaveras Árabes en Egipto, Yemen y Libia entre otros, han sido países donde EEUU ha logrado el derrocamiento de presidentes de algunos de ellos.
En Egipto por ejemplo, allí la revolución no logró los objetivos del imperio, ya que aunque derrocaron al presidente Mubarak, los hermanos musulmanes fueron quienes lograron asumir el gobierno. En Rusia e Irán, por el afianzamiento de la Revolución en Irán, y el gigantesco apoyo del pueblo al gobierno ruso, nunca podrían socavar las bases de estos países.
Intervienen entre otras organizaciones norteamericanas de «exportación» de la democracia a través de las revoluciones de colores: la USAID (Unite States Agency for National Developement), la NED (National Endowment for Democracy), el IRI (International Republican Institute), el NDI (National Democratic Institute for International Affairs), Freedom House y OSI (Open Society Institute). Todos estos entes, son meros centros de conspiración y financiamiento para derrocar gobiernos que no sigan los lineamientos del Status Quo del Imperio.
Se conciben unas cinco etapas para el derrocamiento de gobiernos no aceptos por el gobierno «democrático» de los EEUU, utilizando en el marco de la intervención no violenta 198 métodos que se repiten en cada país que intervienen ideados por Gene Sharp.
Primeramente, llevar a cabo acciones para generar y promocionar un clima de malestar; luego, desarrollar intensas campañas en defensa de la libertad de prensa y de los derechos humanos acompañadas de acusaciones de totalitarismo contra el Gobierno en el poder, pasando a la lucha activa por reivindicaciones políticas y sociales y en la promoción de manifestaciones y protestas violentas, amenazando las instituciones, y posteriormente llevar a cabo operaciones de guerra psicológica y desestabilización del Gobierno, creando un clima de ingobernabilidad y la fase final tendría por objeto forzar la renuncia del presidente mediante revueltas callejeras para controlar las instituciones, mientras se mantiene la presión en la calle.
Al final de todo este engranaje, se busca la intervención militar extranjera, con el adicional del ingreso de una gran cantidad de inversiones dirigidas desde el Banco Mundial y el Fondo Monetario Internacional.
En nuestra Patria Grande Indoamericana, se ha intentado derrocar a sus líderes, en los países donde han logrado movimientos progresistas asumir el poder. Es el caso nuestro, el venezolano, donde han intentado con mayor énfasis desarrollar toda la metodología propuesta por el tristemente célebre Gene Sharp, por supuesto, sin éxito.
Ahora, ¿debido a que, estas organizaciones estadounidenses no han logrado el derrocamiento definitivo de nuestros presidentes bolivarianos aun cuando han inyectado grandes cantidades de dinero para tal fin?
Porque en Venezuela, hemos tenido a nuestro favor un gran liderazgo bolivariano desde la Presidencia de la República, primero con nuestro Comandante Eterno Hugo Rafael Chávez Frías, ideólogo y principal ductor de nuestra Revolución Bolivariana, y a nuestro presidente actual Nicolás Maduro Moros, quienes teniendo un liderazgo nacional e internacional, han logrado sortear todas las artimañas del enemigo en todas sus fases.
Luego, tenemos unas Fuerzas Armadas Bolivarianas, nacidas en lo más profundo de nuestros pueblos, preparadas en su nacimiento de la mano del General Cipriano Castro para defender al pueblo soberano, y con la nueva doctrina bolivariana de Seguridad Integral de la Nación y Guerra de todo el pueblo infundada bajo el liderazgo del Presidente Chávez, y continuada por hombres de mucho valor en sus filas, y comandadas a su vez por el Presidente Maduro.
La unión cívico-militar de nuestro pueblo, lo que funciona como único caso en todo el mundo occidental actual, no teniendo una separación más que estructural, pero enlazado totalmente uno con el otro en la defensa de nuestra soberanía.
Todo en su conjunto, ha creado una conciencia superior en el pueblo, pero tan superior, que aun con el imperio más grande y temible que ha tenido la historia del mundo, metido a través de todos los medios de comunicación masivo que se leen, se ven o se oyen en nuestro país, todas las redes sociales, con todos los manuales de «guerra no violenta», con todo el dinero del mundo a su favor a través de las trasnacionales y organismos creados para tal fin, no pudieron, ni podrán contra la conciencia de un pueblo maduro que va progresando cada vez que arremeten contra lo ya avanzado en sus logros e intereses.
Sin embargo, nuevos retos están en ciernes, como un bloqueo económico internacional que acaba de decretar el inefable presidente de EEUU, Donald Trump, y otros desafíos en el horizonte.