Andrés Giussepe
La Venezuela revolucionaria vive un momento estelar al recuperar la paz y la democracia en la actualidad. Dentro de poco vamos a un proceso electoral para elegir gobernadores donde los actores del sistema político nacional acordaron inscribir sus candidatos para ver quien obtiene más gobernaciones.
Al mismo tiempo, representantes de la oposición han venido reuniéndose con voceros revolucionarios, demostrando que hay mucho interés por el diálogo, que se une al apoyo internacional al pueblo y al Gobierno bolivariano por medio de solidaridad internacional de más de 200 delegados de todos los continentes, que vinieron a decirles al mundo: ¡que Venezuela somos todos!
En fin, la revolución les volvió a ganar una más a los violentos. Demostrándose de esta forma que: ¡cada 11 de abril tiene su 13, y que cada «guarimba» tiene su 30 de julio!
En ese contexto, Venezuela sigue en el umbral de la geopolítica mundial. Aún siguen vigentes las sanciones financieras y más amenazas del gobierno de Donald Trump contra nuestra amada patria. Lo que ha obligado al gobierno de Nicolás Maduro a montarse en la ola del cambio global que busca las transformaciones del Sistema Internacional de Pagos dominada por el patrón dólar-petróleo impuesto por los Estados Unidos a inicios de la década de los setenta del siglo pasado.
Demostrando las grandes posibilidades que existen de liberarse del circuito de poder y la dinámica especulativa-financiera que controlan los grandes consorcios estadounidense a escala planetaria, y que ha subsumido a la humanidad actual en los mayores niveles de desigualdad nunca vistos en la historia.
Lo cierto es que, Venezuela sigue siendo un objetivo geopolítico predilecto para el imperio del Norte. Tenemos recursos y riquezas minerales que antes se los llevaban y dejaban muy poco a los venezolanos. Tenemos el mayor reservorio de petróleo del mundo, con 302 mil millones de barriles, en el marco de una sociedad que depende altamente de este energético para poder llevar a cabo los procesos productivos, generar electricidad, movilizar personas y mercancías por doquier.
Las cifras indican que el petróleo representa aproximadamente el 34% del consumo mundial de energía primaria …seguido por el carbón (29%), gas natural (24%), hidroeléctrica (6,5%), nuclear (5%); y las energías alternativas, entre las cuales se incluyen la solar, geotérmica, biomasa, eólica, madera, baterías eléctricas, con apenas el 1,6%.
Ante esa realidad energética, el hegemón político universal actual necesita controlar, por las buenas o por las malas, los gobiernos de los países que poseen las mayores reservas de hidrocarburos. Para que acompañen la cultura consumista masificada de bienes, que mantiene el Sistema Internacional de Pagos y las instituciones financieras que sirven de soporte al comercio internacional basado en el dólar, las transformaciones tecnológicas y la expansión militar estadounidense, todas financiadas con dólares.
Ante esa realidad global, son muchas las interrogantes que se ciernen sobre el futuro de las relaciones comercio-petroleras de Venezuela con el imperio yanqui; del Sistema petrolero internacional, temporalmente dominado por ellos gracias a la producción de petróleo de esquistos; de la función de los países poseedores de las mayores reservas petroleras, casi todos integrantes de la OPEP pero dominados política y militarmente por Estados Unidos, entre ellos Irák, Libia, Kuwait, Arabia Saudita, Emiratos Árabes Unidos, Gabón y Nigeria, que ya no inciden en los niveles de los precios del crudo como lo hacían antes.
Eso se contrasta con el consumo del petróleo, que cerca del 70%, se destina para el sistema de transporte global. No obstante, muchos siguen hablando del fin de la era del petróleo;… otros, entre los que me encuentro,… planteamos que el patrón de consumo energético cambiará cuando las compañías transnacionales decidan invertir en la producción masiva de vehículos que utilizan otras fuentes distintas al petróleo. Allí comenzará una nueva era energética que determinará nuevos estadios de desarrollo postpetrolero en el mundo ¿Cuánto tiempo faltará para eso? Aún no se sabe.
Lo cierto es que, las energías alternativas sólo han crecido un 1% en 30 años, evidenciando, que la dependencia de esta sociedad por los recursos fósiles aún persistirá; por tanto, el petróleo seguirá siendo la mercancía más vendida del planeta, el combustible de todo el transporte mundial: de los aviones, de los barcos, del transporte terrestre, por lo que, seguirá siendo la clave para el comercio internacional actual y futuro.
He allí la importancia geopolítica de nuestro país para el principal consumidor de petróleo que es Estados Unidos ¡Claro que somos una amenaza para ellos¡ porque tenemos lo que ellos no tienen y que no controlan política y pacíficamente.