En medio de las decisivas negociaciones, y con el debate en el Parlamento de la Ley del Brexit, la Marcha de la Gente por Europa terminó en Westminster para protestar contra un proceso que según los organizadores «ya no tiene ninguna credibilidad».
Una vuelta del verano especialmente caliente para los parlamentarios británicos, que deberán enfrentarse este mismo lunes a la primera votación sobre la ‘factura’ que deberá pagar el país por abandonar la comunidad europea en la primavera de 2019.
Con mensajes como ‘Recuperemos el control de estos payasos’, ‘Salgamos del Brexit’ o ‘Amo la UE’, los manifestantes quisieron transmitir un mensaje que el líder de los liberal demócratas, Vince Cable, interpretó de la siguiente manera:»Creo que hay mucha gente que tiene que lidiar con ello directamente y que, sin tener una opinión política determinada, está horrorizada por lo que está pasando porque pueden ver el desastre que puede resultar de estas negociaciones».
«Se dan cuenta de que nuestra posición en ellas no es especialmente fuerte y están preocupados por el futuro de este país, igual que yo también lo estoy», continuó el veterano líder, que es además uno de los más férreos opositores de la salida de la UE.Una preocupación fruto del escaso avance en las negociaciones en materias tan vitales como son el futuro acuerdo comercial, los derechos de los ciudadanos o la frontera irlandesa tras el endurecimiento de la postura de Reino Unido, según han demostrado los documentos filtrados durante esta misma semana.La intervención que más ha sorprendido ha sido la de Ed Davey, parlamentario liberal-demócrata, que pidió unir fuerzas con los partidarios del Leave.
«Tenemos que ser una fuerza unificadora, y eso significa escuchar a la otra parte», comenzó el político. «Tenemos que entender de dónde vienen y escucharles de una forma que sane las heridas y nos permita reunificar nuestro país «.De hecho el jefe del equipo negociador de la UE, Michel Barnier, ya ha mostrado su escepticismo sobre que las conversaciones puedan avanzar hasta el acuerdo comercial en octubre, como se tenía previsto.
Boris Johnson, ministro de Exteriores, ha tenido que pedir que se trate un tema considerado como fundamental por su Gobierno.En contraposición, la marea amarilla y azul que ha llenado Westminster hoy con camisetas, caras pintadas y el mensaje de «Únete, piénsalo de nuevo y rechaza el Brexit» demuestra que Theresa May tiene mucho camino por delante si lo que quiere es imponer la línea del Brexit duro.