Según las encuestas realizadas a pie de urna en Alemania, la coalición cristianodemócrata/socialcristiana de la canciller Angela Merkel (CDU/CSU) ha obtenido la victoria en las elecciones generales con el 32,9% de los votos, a pesar de haber sufrido una gran caída desde el 41,5% que obtuvo en los anteriores comicios de 2013. Alternativa por Alemania (AFD) ha obtenido el 13,1% de los votos y se convierte en el primer partido de ultraderecha que accede al Bundestag en más de 70 años.
El SPD socialdemócrata quedaría en segundo lugar, con el 20,8% –también con un importante descenso desde el anterior 25,7%, pese a haber prometido que no repetiría el Gobierno de Gran Coalición CDU-SPD–, pero el ultraderechista AfD se colocaría en el tercer lugar del Bundestag, al superar al Partido Liberal (FPD, 10,5%), a los Verdes (Grüne 8,9%) y a La Izquierda (Die Linke, 8,9%).
En el Bundestag, estos resultados preliminares se traducirán en 218 escaños (-93) de CDU/CSU, 138 diputados (-53) del SPD, 87 parlamentarios (+87) de AfD, 70 (+70) del FDP, 59 (-4) de Grüne y 59 (-5) de Die Linke, según las estimaciones de DPA-Infocom.
El «voto protesta» fue a parar a la extrema derecha de Alternativa por Alemania (AfD)
Amaneció lluvioso en Berlín en este domingo electoral marcado por la llegada de la extrema derecha al Parlamento alemán por primera vez desde el fin del nazismo. Aunque aumentó la participación en ciudades como Múnich y en los colegios electorales había colas para votar desde primera hora de la mañana, al final se ha confirmado la vertiginosa subida de la extrema derecha, desde el 4,7 % que obtuvo en 2013 (se quedó, por tres décimas, fuera del Bundestag) al 13,1 % que obtendrá según las últimas proyecciones. Este aumento de los votos en ciertas regiones se asocia al “voto protesta” que recayó en la extrema derecha, materializada en el partido Alternativa para Alemania (AfD).
A primera hora votaba Martin Schulz en su ciudad natal, Würselen. Y Merkel, que votó en Berlín, lo hizo pasadas las dos y media de la tarde junto a su marido, pero sin hacer declaraciones.
Tras anunciarse los resultados, Merkel trató de relativizar la gran pérdida de votos de su coalición: «Esperábamos un mejor resultado, pero somos la fuerza más votada. Una cosa está clara: no se puede constituir un Gobierno que no sea el nuestro. El análisis hay que hacerlo tras conocer que AfD estará en el Parlamento. Debemos combatir ese descontento con buenas políticas y preocupándonos de la gente. Hay que combatir la inmigración ilegal y buscar cauces legales», concluyó Merkel apuntando al abrupto giro a la derecha que dará su próximo Gobierno.
Algo confirmado por sus socios de la CSU bávara, que ha cosechado su peor resultado en décadas a pesar de la alta participación en Múnich: «El error fue la política de acogida de refugiados, tenemos que garantizar que Alemania siga siendo Alemania».
El SPD saca los peores resultados de su historia
La Gran Coalición se ha resquebrajado. No sólo pierden los partidos de Merkel 8,5 puntos, sino que se hunde la socialdemocracia en Alemania. El SPD de Martin Schulz obtiene los peores resultados de su historia con sólo el 20,8% de las papeletas; “una verdadera tragedia”, tal y como han declarado en el debate televisivo de la televisión pública ARD.
Aún así, Schulz ha reiterado que no reeditarán la Gran Coalición con Merkel, porque «el lugar del SPD ahora es la oposición. Es un día muy difícil y amargo para nosotros, hemos perdido las elecciones. El extremismo de AfD está ya en el Parlamento, pero nuestro partido debe demostrar que nosotros somos la fuerza democrática». El líder socialdemócrata ha negado que vaya a dimitir, por el momento.
Aunque era un resultado ya anunciado, a tenor de la tendencia que habían seguido en las últimas citas regionales, el SPD aparecía esta noche totalmente abatido, pues se jugaban mucho en esta cita con las urnas. Tras esta debacle, Martin Schulz deberá replantearse su futuro como líder del partido. La acogida que tuvo por parte de la ciudadanía su designación al principio no hacía presagiar que el llamado “efecto Schulz” se pudiese dilapidar tan pronto.
En marzo, los socialdemócratas vivían tiempos felices en los que las encuestas les sonreían, pero al acabar la primavera todo se fue torciendo y las sucesivas elecciones presagiaban una hecatombe que hoy se ha confirmado. Incluso perdieron el gobierno en su tradicional feudo de Renania del Norte-Wesfalia, el Land más poblado de Alemania y de donde procede el propio Schulz.
Baja también Merkel y su partido hermano, la CSU de Baviera, obtiene uno de sus peores resultados. Sube ligeramente Die Linke (La Izquierda) 0,3 puntos, pero es claramente insuficiente para poder pactar con el SPD y Los Verdes, la tradicional coalición que los alemanes llaman “de izquierdas”.
Más del 60% del voto a la ultraderecha ha sido por «desencanto» con el Gobierno de Merkel
La vencedora moral de esta cita es la extrema derecha, que vuelve a tener representación parlamentaria tras siete décadas de ostracismo. Tienen doble liderazgo, encarnando por una parte en el ala más nacionalista, de la mano de Alexander Gauland, y por el otro las posturas más ultras con Alice Weidel, que vive junto a su mujer y sus dos hijos en Biel (Suiza).
Gauland proclamó: «Recuperaremos nuestro país, un país para el pueblo», empleando el término alemán Volk, un lenguaje considerado de connotación nazi.
Pero ya se están poniendo barreras para aislar políticamente a Alternativa para Alemania. En la última sesión del Bundestag, se modificó el reglamento porque tradicionalmente abre la legislatura el diputado más mayor, que en este caso será Alexander Gauland. En su lugar, lo hará el que lleve más años en la Cámara Baja, el hasta ahora ministro de finanzas, Wolfgang Schäuble.
Las estadísticas reveladas por la cadena televisiva ARD mostraban que más de un 60% de la gente que declaraba que iba a votar a la extrema derecha, lo hacía por “desencanto” con el Gobierno de Angela Merkel.
Sorpresa de los Verdes y ascenso de los liberales (FDP)
Por otra parte, dan la sorpresa los Verdes, con un resultado mucho mejor del que se les suponía, pues suben casi 1 punto, hasta llegar al 8,9% de los sufragios; y más que doblan sus votos los Liberales (FDP), llegando al 10,5%.
La sociedad alemana aparece, desde hoy, más fragmentada que nunca y los seis partidos que entrarán al Parlamento deberán establecer pactos para aprobar las medidas que se lleven a debate parlamentario. Además, el giro a la derecha del nuevo Gobierno de Merkel debido al a presión parlamentaria de Alternativa para Alemania se hará patente esta legislatura.
Desde hace meses, AfD marca la agenda política y ha conseguido que Merkel se desvíe ligeramente del camino al que le había empujado la socialdemocracia. Como ya anunciaron los democristianos, Alemania reforzará aún más su seguridad. Otra de las cuestiones que quedan en el aire es si se restringirá todavía más el derecho de asilo, pues este tema ha sido fundamental para el meteórico ascenso de la extrema derecha.