Los cardenales Walter Brandmüller, Joachim Meisner, Carlo Caffarra y Raymond Leo Burke

Cardenales Walter Brandmüller, Joachim Meisner, Carlo Caffarra y Raymond Leo Burke

Agencias

El Papa Francisco fue acusado formalmente, por más de 50 teólogos y sacerdotes católicos de propagar la herejía. Su propuesta de aceptar a los divorciados o casados luego de la separación conyugal es uno de los motivos que sirve de argumento, explicó el analista Antón Skripunov en un artículo publicado por la agencia de información rusa RIA Novosti este martes 26 de septiembre

En una carta suscrita por 62 miembros la cúpula ultraconservadora de la iglesia católica, le exigieron una “corrección”, por su exhortación “La alegría del amor”, en la que “proclamó siete posturas heréticas sobre el matrimonio, la moralidad, el recibimiento de los sacramentos y su participación en la ordenanzas de la iglesia”.

Los jerarcas católicos autores de la carta, recién habían sido acusados por el “propio gobernador de la Santa Sede” de “consentir la pedofilia y la falta de voluntad para ayudar a los migrantes”. Francisco ha sostenido una férrea postura en contra de los sacerdotes pederastas.

El pasado 21 de septiembre, el Papa celebró una audiencia con la Pontificia Comisión para la Tutela de Menores. En esa ocasión afirmó que la Iglesia Católica “llegó tarde” al combate del abuso sexual a niños y niñas cometidos por sacerdotes. Criticó además, el ocultamiento y la indulgencia de la Iglesia Católica con los sacerdotes pederastas: “la vieja práctica de trasladar a la gente y no enfrentar el problema hizo que las conciencias se adormecieran”.

Sobre el tratamiento indulgente de los casos de abusos sexuales de sacerdotes pederastas, enfatizó: “si existen pruebas de un abuso, esto es suficiente para no aceptar recursos (presentados por los acusados, n.d.r.)… porque la persona que comete este delito está enferma: si se arrepiente y es perdonada, antes o después reincide”. “Nunca firmaré la gracia”, dijo con hincapié.

El artífice de la actual campaña contra Francisco, es el cardenal estadounidense Raymond Burke, “el sacerdote más influyente en la nación norteamericana” y ex jefe del Tribunal Supremo del Vaticano. Burke es un antiguo y declarado enemigo del Papa que ha logrado aglutinar “los insatisfechos” con las posturas de Francisco en tan solo dos años. Otro de sus enemigo es nada más y menos el ex jefe del Banco del Vaticano, Etore Tedeski.

Skripunov afirma que existen fuertes corrientes que están dividiendo al Vaticano. Uno de los recientes pecados de Francisco fue dudar en público de la fe cristiana del para entonces candidato Donald Trump en 2016. Burke asistió al candidato Trump a través del jefe de estrategia, Steve Bannon.

El centro de investigación Pew, sostiene que “los católicos alcanzan el 22 % de la población de EUA. Los más conservadores de los creyentes”, tuvieron un peso decisivo en el triunfo de Trump en las elecciones que lo llevaron a la presidencia.

Otra de las posturas del Papa utilizada para acusarlo de hereje, fue su respeto declarado y deslastrado de prejuicios, a los derechos humanos y religiosos de los homosexuales de cualquier fe y en especial la católica. Burke emprendió una “ofensiva” contra Francisco, acompañado de otros cardenales estadounidenses. La “respuesta del pontífice no tardó en llegar y a principios de 2017, privó a la Orden de Malta de sus dirigentes, los protegidos del cardenal norteamericano”.

El “pecado más terrible” de Francisco y de los más recordados, fue su acercamiento al presidente ruso, Vladimir Putin hace más o menos un año. El Papa afirmó que Putin era “el único político que defendía a los cristianos de Oriente Medio”. La “indignación” creció aún más entre sus adversarios cuando el Secretario de Estado del Vaticano, cardenal Pietro Parolin, visitó Rusia.