«Esta sanciones contra los sectores financiero y petrolero de Venezuela tienen como objetivo (…) agravar los problemas económicos» en el país, en momentos en que «aparecen las primeras señales de una estabilidad relativa en la política interior», declaró la portavoz del ministerio de Exteriores, Maria Zajarova, citada en un comunicado.
Las sanciones «alientan a la parte intransigente (de la oposición), que sólo ve una oportunidad política mediante la exclusión de las autoridades venezolanas», agregó.
«La propia lógica de las sanciones conduce a un agravamiento de las tensiones», asegura la portavoz.
El viernes pasado, el presidente estadounidense Donald Trump prohibió por decreto negociar deuda emitida por el gobierno venezolano y su petrolera estatal PDVSA, las primeras sanciones contra el país como tal después de las establecidas contra el presidente Nicolás Maduro y algunos colaboradores.
El líder estadounidense también advirtió hace semanas sobre una eventual «opción militar» ante la grave crisis política y económica del país petrolero, con protestas en la calle desde abril que han provocado 125 muertos.
Maduro calificó estas sanciones de «brutal agresión», mientras que la alianza opositora Mesa de la Unidad Democrática (MUD) lanzó la noche del domingo un comunicado apoyando estas medidas.
Venezuela, aliada de Moscú en América Latina, está sumida desde hace meses en un grave crisis económica, política e institucional.
«Vamos a examinar atentamente las consecuencias de las sanciones impuestas por Estados Unidos y su eventual impacto sobre los intereses de Rusia y de los empresarios rusos», aseguró Zajarova.
«Pero desde ahora podemos decir que no influenciarán nuestra voluntad de desarrollar y reforzar la cooperación con Venezuela», añadió la portavoz del ministerio ruso.