«Lo estamos estudiando. Igualmente no vamos a malvender nada. La idea es ver si aparece un comprador que pague lo que vale la flota. Aún no terminamos de sacar los números sobre la conveniencia o no, pero lo estamos estudiando», dijeron desde la empresa al diario La Nación.
Según justificaron, el motivo de la decisión se debe a las características de la flota de aviones Embraer. Aerolíneas compró 24 aeronaves configuradas con 94 asientos cada una. Luego, ya con Mariano Recalde como presidente, se compraron dos más. Del total, que son 26 porque hay dos más que son alquilados, 24 serían negociados con eventuales compradores.
Para hacer más rentable la compañía, la empresa saca cuentas y calcula que un avión con más capacidad (incluso los más grandes de la familia, que tienen cerca de 140 asientos) representa un gasto de operación sólo un 15% mayor, aproximadamente. Sin embargo, la cantidad de butacas extras que se ofrecen recomienda un avión más grande. «Estaban bien para un mercado distinto, para un mercado adormecido en el que la demanda no respondía. Pero ahora quedan chicos para la mayoría de las rutas», explicaron al matutino.