El encuentro se realiza en el recinto ferial de la ciudad hanseática, donde tienen lugar las sesiones de trabajo de los jefes de Estado y Gobierno.
Ahí trabajan también los delegaciones y los representantes de la prensa internacional.
Para esta noche está programada una acto cultural en el escenario de la filarmónica de esta ciudad, la Elbphilharmonie, inaugurada hace unos meses.
Casi todas las delegaciones están alojadas en hoteles en el centro de Hamburgo, lo que causa graves problemas de seguridad. La policía, que está presente con alrededor de 20 mil agentes, prohíbe el acceso a una zona de 38 kilómetros cuadrados alrededor del pabellón ferial y creó una zona de acceso exclusivo alrededor del edificio de la filarmónica.
Al G20 pertenecen Alemania, África del Sur, Arabia Saudita, Argentina, Australia, Brasil, Canadá, China, Corea del Sur, los Estados Unidos, Francia, Gran Britania, India, Indonesia, Italia, Japón, México, Rusia, Turquía y la Unión Europea.
Además participan organizaciones internacionales como las Naciones Unidas, La Organización Internacional de Trabajo, el Consejo para la Estabilidad Financiera, el Banco Mundial, el Fondo Monetario Internacional, la Organización Mundial de Comercio, la OECD y la Organización Mundial de Salud.
La canciller federal alemana, Angela Merkel, invitó además los jefes de Estado y Gobierno de Guinea, en su calidad de presidete pro tempore de la Unión Africana; de Senegal, que tiene la presidencia de la Nueva Cooperación para el Desarrollo de África; Vietnám, que preside la Comunidad Económica Asiática- Pacifica, asi como de España, Sigapur, los Países Bajos y Noruega.
Tradicionalmente, la cumbre del G20 trata cuestiones financieras y económicas, pero en la agenda de este encuentro aparecen también temas como el cambio climático, el abastecimiento de energía y la migración forzada.
El gobierno alemán trata de fortalecer durante so presidencia del G20 otros temas como la digitalización de la sociedad y los derechos de las mujeres.
También de debatirá durante dos días las crisis de los sistemas sanitarios y un modelo de desarrollo eficaz para África.
Alemania asumió la presidencia del G20 el primero de diciembre del año pasado de China.
El hecho de que se realiza un encuentro con más de mil delegados en el centro de una ciudad provocó fuertes críticas ya antes del encuentro.
Muchos alemanes rechazan la cumbre en Hamburgo no solo por las incomodidades que causa a los ciudadanos sino también por los costos.
Hasta ahora, el gobierno ha destinado 32 millones de euro para la celebracion de esta cita internacional. De esta suma, 20.8 millones se gastan en los operativos policiales.
Pero según primeros cálculos, la cumbre podría costar en su conjuto a Alemania alrededor de 130 millones de euros.
Antes y durante el encuentro, críticos del G20 anunciaron varias manifestaciones y acciones de protesta.
Ya una semana antes de la cumbre, una alianza de sindicatos, organizaciones para la protección del Medio Ambiente y otros grupos se manifestaron en Hamburgo ‘contra la política neoliberal del G20’.
El miércoles y jueves se celebró en la ciudad norteña una ‘Cumbre para la solidaridad global’ y en la noche tuvo lugar una manifestación anticapitalista bajo el lema ‘Bienvenido al Infierno’.
La protesta terminó en fuertes enfrntamientos entre manifestantes y la policía, con el resultado de alrededor de 70 agentes y un número indeterminado de activistas heridos.
Los críticos del G20 tienen programdo realizar hoy una serie de acciones, entre ellos bloqueos de vías de acceso al recinto ferial, y han anunciado para mañana sábado una manifestación en la cual se espera la participación de unas 100 mil personas.