Por: Rafael Benabib /  rafaelbenabib@hotmail.com

México ya perdió su petróleo, toda la industria energética, incluyendo las hidroeléctricas y las termoeléctricas que están en manos españolas, las minas mexicanas y extranjeras, la mayoría canadienses y la CFE la que está por caer en manos de los estadunidenses.

El discurso electorero de Trump contra los mexicanos, los países musulmanes y todos los acuerdos o tratados con el resto del mundo, se están llevando a cabo al pie de la letra. Aparentemente ha desdeñado al Tratado Transpacífico (TPP), está renegociando el Tratado de Libre Comercio (de América del Norte o TLC), en el que está incluyendo todos los puntos de TPP a su favor y en contra de los intereses de México, donde está logrando hacer algo similar a lo que hizo con el azúcar mexicano, el que sólo va seguir comprando como materia prima para que sea refinado en Estados Unidos.

Dice John Murphy, de la cámara de comercio de Estados Unidos, que el acuerdo debe de garantizar que el comercio de los hidrocarburos, incluyendo el gas natural, petróleo crudo y productos refinados, no tenga que pagar ninguna tarifa hacia su país, que los socios deben de acordar la facilitación para electricidad e hidrocarburos, para los cuales, el TLCAN debe respaldar las mejores prácticas disponibles , como la fractura hidráulica –fracking-, técnica usada para extraer gas shale de las rocas, que requiere la inyección de masivos volúmenes de agua y de químicos. Esa Cámara de Comercio con 300 empresas como socios, exige asegurar los intereses de las firmas petroleras y los laboratorios farmacéuticos.

El Instituto Estadunidense del Petróleo (API) respaldó la apertura total de los hidrocarburos. El 12 de junio, Kayle Izakower del API, pide la liberación automática de las exportaciones de gas natural a Canadá y a México. La interdependencia energética de México, Canadá y Estados Unidos, sólo favorece a este último al expandir el tamaño del mercado de exportación de hidrocarburos, vaticina el API de la que son parte la Chevron, la ExxonMovil, la BP y Total, que el TLCAN permitirá que EEUU compita y gane subastas de petróleo y gas natural en México.

A todo esto, la Secretaría de Economía de México, apenas el 26 de junio creó una página en internet para recibir comentarios durante 30 días, pero todo está en secreto, pues sólo las cámaras empresariales han recibido información sobre las “consultas públicas”, sin claridad para la ciudadanía o los medios.

Las grandes compañías farmacéuticas están buscando mayores tiempos para la propiedad intelectual, es decir, intentan que los plazos para mantener a las patentes tengan una mayor duración y en lugar de 10, estas sean de 30 o 40 años. Quieren que México cumpla con la obligación bajo el nuevo TLC de la ley estadunidense de alargar los tiempos de protección para sus productos biológicos y recibir mayores lapsos de tiempo y fortalecer más la protección intelectual de lo manufacturado en EEUU.

En la mesa de negociación se incluyen a empresas como Apple, AT&T, American Airlines, Cisco, una refresquera, 21st. Century Fox, la Boeing y Honeywell, para fortalecer a la propiedad intelectual de sus productos. En el sector agrícola, quieren restringir aún más a la poca agricultura nacional y vender sus productos sin el cuidado de México sobre la presencia de plagas, como en la papa y tubérculos en general. México, sin tantas restricciones, podría generar de su exportación de la papa un ingreso de 200 millones de dólares adicionales.

La Mesa de Negociaciones, donde están empresas mexicanas filiales de estadunidenses como la Asociación de Internet y el Consejo de la industria de Tecnologías de la Información (ITI), insisten en que haya libertad de datos a través de la frontera y el fomento electrónico nacional de servidores, la eliminación de restricciones, tarifas, impuestos y cuotas sobre todos productos tecnológicos. Es decir que se debe dejar la puerta abierta a las corporaciones dueñas de la tecnología o competir contra la Asociación de Internet la cual reúne a corporaciones como Amazon, Ebay, Facebook, Google, Microsoft, Netflix, PayPal, y Uber, más La Industria de las Tecnologías (ITI) que tiene también a Microsoft, Motorola, Oracle, Samsung y Twitter.

Todo lo escrito dentro del nuevo Tratado de Libre Comercio de América del Norte, está fundamentado en lo que Trump les prometió a sus correligionarios: “Vamos a hacer de nuevo una ‘américa fuerte’, traeremos nuestras fábricas de vuelta a América sic, sacaremos a los criminales mexicanos que nos están quitando nuestra mano de obra y ocupan los puestos de nuestros jóvenes desempleados y vamos a hacer de américa un país fuerte y rico de nuevo”.

En primera, a Trump se le olvida que él rechazó el Acuerdo Transpacífico, el mismo que está integrando al TLCAN. Eso de que va a hacer de nuevo una américa fuerte será por medio de una invasión a Latino América y al resto del mundo que no se va a quedar con los brazos cruzados. En cuanto que se llevó las fábricas de vuelta a Estados Unidos es una tomada de pelo, pues la Ford se cambió a China y por el momento sólo espera que Trump se salga del poder para regresar con sus industrias a México, donde las tienen a la vuelta de la esquina.

En cuanto a sacar a los criminales indocumentados, ya se echó encima a los Estados de California y de Texas, pues ningún estadunidense sabe o quiere trabajar la tierra, ni podría sobrevivir con los sueldos miserables que les pagan a los jornaleros mexicanos.

Ben Beachy, un activista y uno de los dirigentes de la mayor organización ecologista en Estados Unidos: Sierra Club, comentó que se han visto dos décadas de degradación de derechos ambientales y laborales por el TLCAN, por lo cual pide un enfoque radicalmente diferente al comercio, cuyo único objetivo sea la gente y nuestro planeta, no las ganancias corporativas.

Y el que va a hacer de “américa” (¿?) un país nuevo y otra vez rico, será para el uno por ciento de la población, dueños del verdadero dinero no como él pregona que tiene, por ejemplo La Dupont, la Monsanto, las compañías petroleras, American Airlines con sus 1500 aviones, la Amazon y todos esos enormes capitales.