Rafael Correa

Agencia ANDES

El expresidente ecuatoriano Rafael Correa afirmó este miércoles que la izquierda tiene que juntarse como ha hecho la derecha y denunció que hay gobiernos de esa ideología que tratan “descaradamente” de boicotear la integración regional.

“Ahora ciertos gobiernos de derecha descaradamente tratan de boicotear la integración e ir a la integración entre comillas, pero de mercado, de libre comercio, del sálvese quien pueda, etcétera”, afirmó en una entrevista en el programa ‘Palabra Suelta’, conducido por Xavier Lasso en Ecuador TV, la televisión pública, donde abordó importantes hitos durante los 10 años de su administración (2007-2017).

Señaló que en este proceso regional “la suerte juega un rol” y consideró como “golpes tremendamente fuertes” la muerte, primero, de Néstor Kirchner, expresidente argentino que fue electo el primer secretario general de la Unión de Naciones Suramericanas (Unasur), y posteriormente la del mandatario venezolano, Hugo Chávez.

A ello se añade, dijo, el cambio de ciclo económico, que ha sufrido toda la América Latina como el desplome de los precios de los ‘comodities’, y cuando los ciudadanos ven que pierden su trabajo, “si no hay suficiente formación e información, dicen “es culpa del gobierno”, más aún escuchando a los medios de comunicación”. “Obviamente eso debilita el progresismo en Sudamérica sobre todo”, acotó.

En el caso de Ecuador, señaló que los dos últimos años el país afrontó “una verdadera hecatombe” por las pérdidas de 10.000 millones de dólares de ingresos en exportaciones, de los cuales 8.000 millones eran exportaciones petroleras. “Yo goberné en los dos últimos años con cero ingreso petrolero para el gobierno central y no solo eso, tuvimos que darle a Petroecuador y Petroamazonas 1.600 millones para que no quebraran”, apuntó.

“La historia sabrá reconocer que cuando mejor gobernamos fue en estos dos últimos años”, remarcó, y resaltó a un equipo de patriotas que supieron “manejar la barca del Estado en aguas extremadamente tormentosas”.

Entre los temas que abordó en la que será su última comparecencia en medios públicos antes de viajar a Bélgica, donde se asentará con su familia, el exmandatario remarcó la posición que ha dado a conocer respecto al diálogo iniciado por Lenín Moreno, su sucesor en el cargo, con actores políticos, entre ellos de la oposición, y apuntó que su gobierno siempre buscó el diálogo.

Dijo que es evidente la intención de buscar diferenciarse con su gobierno y él también quiere diferenciarse por ello, pero apuntó que son “desacuerdos normales en un movimiento democrático” que no les asusta, solo “cuando se pasan ciertas líneas rojas, cuando se legitiman cosas que no se pueden legitimar”.

“Usted puede llamar al diálogo (…) pero yo no puedo olvidar que esos gobiernos desaparecieron a nuestros jóvenes”, afirmó, y añadió que no es posible pactar con (Abdalah) Bucaram y que habría un pacto para entregarle CNEL (la Corporación Nacional de Electricidad).

“Alianza PAIS, la Revolución Ciudadana nació para luchar contra ese viejo país, el país de las componendas, el país de los repartos, es inaceptable que eso ocurra nuevamente. Es línea roja que no puede dejarse pasar”, aseveró.