Durante una intervención este martes ante el Comité de Relaciones Exteriores del Senado, el titular sostuvo que el enfoque general de la revisión es permitir que la actividad comercial y de intercambio con la isla continúe todo lo posible, porque ‘ven el lado bueno de la política de acercamiento’, difundió el diario New York Post.
Según el jefe de la diplomacia, de algún modo, más adelante, se puede llegar al punto de normalización de las relaciones bilaterales.
Al mismo tiempo, sostuvo que existen algunos temas de importancia diplomática a nivel regional en las que quieren tener vínculos con Cuba porque considera que ‘podría haber áreas de interés común’ en la joven relación.
Pero Tillerson manifestó que el Gobierno ve elementos ‘preocupantes’ en la política de apertura iniciada por el expresidente Barack Obama (2009-2017), lo cual justificó con el tema de los derechos humanos.
A pesar de que Cuba ha ratificado su voluntad de mantener una relación con Estados Unidos dentro del reconocimiento y respeto a las diferencias que existen sobre ese asunto, el secretario lo mencionó como argumento para criticar aspectos del camino iniciado por el exmandatario.
Tillerson señaló que valoran dar pasos para volver a garantizar que se cumpla la intención de la ley Helms Burton, una legislación extraterritorial de 1996 que, entre otros aspectos, fortalece las medidas de bloqueo económico, comercial y financiero impuesto por Washington al país vecino y busca su internacionalización.
Medios locales informan que dentro de tres días, en Miami, Florida, el presidente anunciará la reversión de elementos de las políticas emprendidas por su predecesor.
Frente a esa posibilidad, numerosas voces de legisladores republicanos y demócratas, compañías, organizaciones de viajes, grupos de cubanoamericanos, entre otros sectores, piden al jefe de Estado que continúe y expanda el acercamiento al país caribeño.
Estos círculos destacan que continuar la apertura traerá beneficios para la nación norteamericana en comercio, creación de empleos, seguridad, diplomacia, entre otras.
Un sondeo difundido ayer por la coalición Engage Cuba arrojó que el 65 por ciento de los estadounidenses, entre ellos más de seis de cada 10 republicanos, apoyan las políticas de Obama.
El titular de esa organización, James Williams, expresó en un comunicado que los intereses políticos y personales de dos miembros del Congreso no deben superar la voluntad del pueblo estadounidense y los mejores intereses de los cubanos en la isla, apuntó.
Al respecto, el diario The New York Times consideró que una vuelta atrás en la postura hacia Cuba reflejaría solo el deseo de favorecer a republicanos conservadores de Florida, visceralmente opuestos a la Revolución cubana.