“Soy una judía italiana, mi familia se salvó viniendo a la Argentina pero mi abuelo se quedó y terminó en Auschwitz, no hay tumba. Muchos años después le tocó a mi hija, de 18 años secuestrada y torturada en un campo de concentración, por testimonios sabemos que fue arrojada en los vuelos de la muerte, tampoco hay tumba. “Son analogías donde la historia se repite, las tragedias se repiten”, expresó Jarach a la jefa del estado alemán.
“En varios países de Europa hay negacionismo, y acá también está pasando lo mismo con el gobierno que tenemos ahora”, agregó, y en ese momento Merkel la tomó por un brazo, mientras escuchaba la traducción, ya que Jarach siguió hablando en castellano. “El que fue ministro de Cultura acá, que ahora está en Alemania, fue uno de los que empezó a negar, a decir que no son 30 mil desaparecidos”, dijo Jarach sobre Darío Lopérfido, agregado cultural en Alemania, al tiempo que levantaba el cartel que llevó colgado del cuello con esa consigna.
“Nosotras queremos saber, entonces, cuántos son, los militares saben, que lo digan, dónde están, qué ha pasado con los nietos entregados y robados a otras familias, son ellos los que deben hablar. Pero no se puede negar. Además de Memoria, Verdad y Justicia, yo tengo un cuarto pedido a la humanidad, y es nunca más el silencio, se lo pido a usted también”, dijo la Madre de Plaza de Mayo con una ancha sonrisa. En ese momento el fotógrafo Marcelo Brodsky, de la ONG Buena Memoria, le entregó una carta de los organismos de derechos humanos en la que expresan su preocupación por el retroceso de las políticas de Memoria, Verdad y Justicia. Y prosiguieron la visita al Parque de la Memoria caminando juntas tomadas del brazo, Merkel y Jarach.