A escasos momentos de la tan esperada decisión de la Dra. Cristina Fernández de Kirchner de consagrarse como candidata a senadora por la populosa Provincia de Buenos Aires por un Frente político distante del tradicional PJ, las especulaciones y pronósticos comienzan a multiplicarse en derredor del éxito o fracaso de su lanzamiento.
Habría que disgregar el análisis en varios estamentos, uno de ellos el estratégico, donde su extrapolación de la raigambre peroniana via dicho Frente permite incorporar no solo agrupaciones sino también votantes independientes por fuera de dicha área de influencia ampliando fronteras políticas necesarias en un contexto donde lo político está en estado de cuestionamiento permanente.
Por otra parte desligarse de una interna donde no solo juegan los peronistas sino todo el cúmulo de la reacción que puede ser funcional a la candidatura de Florencio Randazzo que ante las iniciativas ya públicas tendrá que dirimir sus aspiraciones con otros dirigentes peronistas de paladar negro como es el caso del caudillo de Jose C. Paz.
Es decir, una doble tarea por dentro y por fuera para un lanzamiento a oscuras que apenas puede llegar a tener presencia en los 135 distritos provinciales.
El político, el renovado aire que ofrece la candidatura de Cristina ante 18 meses de gestión macrista – donde los sectores populares y medios son los más afectados por sus políticas económicas y sociales en un contexto recesivo – donde se percibe un sentimiento de desazón y angustia generalizada ante un escenario de incertidumbre futura pero la política no es matemáticas y se deberá recautivar a dichos sectores que se ven machacados permanente por la sistematicidad de los medios de comunicación concentrados cuyo único fin es convencer a dicha población que fruto de la corrupción reinante en la otrora etapa no existe otra posibilidad de tomar el rumbo adquirido por el gobierno actual.
Una sutil deificación de la político ante el eficientísimo empresarial que ha generado un Estado voluminoso en materia de ministerios, secretarias y dirección con el apetito voraz de satisfacer las necesidades de sus Gerentes pero de escasa eficacia gubernamental.
El afectivo, donde el carisma y la palabra certera de la Ex Presidenta ha calado profundamente en el corazón de muchos argentinos quienes han sido testigos de los logros de su gesta política y la han considerado una ardid dentro del fatigoso y corrosivo sistema político actual.
Ante lo expuesto anteriormente resta considerar cuales son los pasos más auspiciosos para lograr un rédito electoral relevante que pueda dar un llamado de atención y ser un punto de inflexión hacia un futuro – también electoral – no tan distante.
En este sentido, la militancia cobra un lugar primordial al tener un contacto directo con la gente y sus necesidades y ser la correa de arrastre hacia los dirigentes que deben tomar las decisiones en el territorio, espacio de disputa de la geopolítica de los partidos disputantes.
Sin ir más lejos, Cambiemos realiza variados recorridos territoriales con el fin de tener una idea de donde están parados en materia de focalización de sus programas de gestión.
Se debe afinar un discurso no confortativo y de encuentro con los sectores populares y es particular medios que han sido esquivos al voto K ya desde la gesta de Massa en 2013 hasta la última elección presidencial.
Por otra parte, se debe tener una presencia activa en todos y todo tipo de medios de comunicación por parte de todos los candidatos del Frente para disputar la palabra con los medios dominantes y el discurso oficial.
Y por último, mantener una presencia permanente de los candidatos en sus territorios y darse a escuchar y proponer con las numerosas demandas de la población.
El futuro puede llegar a ser promisorio que se contagia dicho proceso al interior del resto de las provincias encontrando los dirigentes comprometidos con dicha gesta y no con aquellos que por convicción o por acomodamiento dejan lugar a acuerdos casi espurios con la gestión de Estado actual dejando atrás sus convicciones y roles partidarios.
Es factible que nos hallemos en presencia de un nuevo fenómeno político cuyos efectos van más alla de una elección puntual y en donde quizás los argentinos podamos dar nuevamente un nunca mas al neoliberalismo.
Ezequiel Beer, Geógrafo UBA / Analista Político