La información disponible muestra que en el segundo trimestre de 2015 la distancia entre los ingresos de los hogares del primer y el último decil había sido de 16,5 veces, mientras que durante el mismo período del año pasado llegó a ser de 18,9 veces, recuerda Página 12. En el tercer trimestre de 2016 la diferencia de ingresos entre los extremos había ascendido a un pico de 21,7 veces, pero no hay posibilidad de compararlo con el mismo período de un año antes. En el cuarto fue de 18,7 veces en el último trimestre de 2016.
En materia distributiva no existen registros para la segunda mitad del 2015 donde convivieron las gestiones de Cristina Kirchner y Macri.
“Como suele suceder en situaciones de crisis, los hogares con menor nivel de ingresos son los más vulnerables. Fueron estos hogares los más perjudicados y, como resultado, se verificó un importante aumento de la desigualdad en la distribución del ingreso. Una de las principales razones que explican esta mayor desigualdad es un empeoramiento en la distribución de los ingresos de los ocupados”, señaló al diario Mariana González, investigadora de CIFRA-CTA.
La porción correspondiente al 10% más rico de los hogares es mayor que la suma de los ingresos del 60% de la población. O sea, mientras que el último decil se queda con el 31,5% del total, los primeros seis deciles sumados dan cuenta de un 29,6% del total.
El ingreso per cápita familiar para los primeros cinco deciles osciló entre $ 1.122 y $ 4.561, mientras que para el noveno decil la cifra fue $ 11.126 y en el último escalón de la pirámide distributiva llegó a $ 21.049. De acuerdo al INDEC, el sueldo individual promedio de toda la población alcanzó los $ 6.665 al finalizar el año pasado.