Los presidentes estadounidenses suelen ordenar a funcionarios de confianza que renuncien cuando asumen el cargo, pero la naturaleza abrupta de la medida sorprendió a algunos, sobre todo teniendo en cuenta que a muchos fiscales se les pidió que se fueran inmediatamente.
El famoso fiscal de Manhattan, Preet Bharara, está entre quienes deben irse, a pesar que él se reunió con Trump antes de que el magnate republicano asumiera el poder y dijo que se le había pedido mantenerse en el cargo.
La portavoz del Departamento de Justicia, Sarah Isgur Flores, dijo que el secretario de Justicia y fiscal general, Jeff Session, había solicitado “a los 46 fiscales federales designados por el presidente (anterior) presentar sus renuncias con el fin de asegurar una transición uniforme”.