El ex diputado Eduardo Cunha, que fue uno de los hombres más poderosos de Brasil, fue condenado el jueves a 15 años y 4 meses de cárcel por corrupción, en el marco de la Operación Lava Jato, que hace temblar a la élite política y empresarial del país.al presidente, Michel Temer, de su mismo partido, tras el impeachment en 2016 de la mandataria de izquierda Dilma Rousseff, quien acusó a ambos de liderar un «golpe institucional». La sentencia fue dictada por el juez Sergio Moro, en momentos en que se multiplican las articulaciones entre legisladores para amnistiar crímenes que podrían llevar a decenas de ellos a prisión.

«Entre los crímenes de corrupción, de lavado de dinero y de evasión fraudulenta de divisas, hay pruebas materiales», señala la sentencia.

Una de las condenas por corrupción pasiva se debe al recibimiento «indebido» de 1,3 millones de francos suizos (unos 1,5 millones de dólares) por haber mediado en la adquisición por parte de Petrobras de los derechos de exploración en un campo petrolífero de Benín, en África occidental.

Cunha, de 58 años, estaba en prisión preventiva desde octubre de 2016. Sus abogados anunciaron que apelarán el fallo, pero aun así deberá permanecer recluido, según determinó Moro, un magistrado convertido en ícono de la lucha contra la corrupción.