El nombramiento como subdirectora de la CIA de Haspel llega después de que el presidente Donald Trump haya ponderado la tortura del agua como un método eficaz para el interrogatorio de sospechosos de terrorismo. «Funciona, absolutamente», dijo en una entrevista en la cadena Abc el pasado día 27.
Haspel, que estará a las órdenes de Mike Pompeo, es la primera mujer espía que llega al puesto de número dos de la agencia. Veterana de las operaciones de espionaje, Haspel se unió a la CIA en 1985 y sirvió en puestos de todo el mundo, como la embajada estadounidense en Londres. En 2013 fue nombrada jefa interina del Servicio Clandestino Nacional de la CIA, pero fue reemplazada en pocas semanas debido a su intervención en interrogatorios en los que se empleó la tortura del agua.
The Washington Post subraya que Haspel dirigió una prisión secreta en Tailandia, donde dos detenidos fueron sometidos a tortura. Ahí fue donde fueron interrogados extrajudicialmente los supuestos miembros de Al Qaeda Abu Zubaydah y Abd al-Rahim al-Nashiri. El primero fue sometido en 83 ocasiones al ahogamiento simulado, según se recogió en una investigación del Senado. Supuestamente, la segunda de Pompeo ordenó en 2005 la destrucción de las cintas en las que estaban registradas todas las torturas a las que fueron sometidos los detenidos y que se guardaban en el centro de Tailandia.
Pompeo ha elogiado a Haspel. «Gina es una funcionaria de inteligencia ejemplar, una patriota que con más de 30 años de experiencia en la agencia. Es una líder probado con una capacidad misteriosa para hacer cosas e inspirar a quienes la rodean», dijo.
Una investigación del Senado determinó en 2014 que los interrogatorios extremos de la CIA no llevaron a prevenir una “amenaza inminente” de seguridad y que en algunos casos fueron contraproducentes. El Ejército prohibió en 2006 el uso del waterboarding. Al llegar a la Casa Blanca en 2009, el expresidente demócrata Barack Obama clausuró el programa de interrogatorios de la agencia de inteligencia impulsado tras el 11-S por el Gobierno del republicano George W. Bush. Obama obligó a seguir el manual de interrogaciones del Ejército, que prohíbe la tortura.
Trump, según un documento filtrado recientemente, estudia recuperar el programa de interrogatorios que aplicaba la CIA en cárceles secretas en el mundo. Se mantendría la prohibición de practicar torturas en los interrogatorios, según las leyes estadounidense e internacional, pero los grupos humanitarios temen que la reactivación de las prisiones avalase nuevos abusos.