El gobierno del presidente Donald Trump se ha visto vapuleado por una tormenta de tropiezos y controversias, pero hay otra crisis sigilosamente en ciernes: la posibilidad de que no se llegue a un acuerdo sobre el presupuesto y se produzca un cierre de organismos públicos.
El proyecto de gastos probablemente superará el billón de dólares, y podría caer víctima de las controversias en torno al plan de Trump de construir un muro en la frontera con México y en torno a una extraordinaria solicitud de gastos del Pentágono.
Aunque faltan varias semanas para que venza el plazo, el tema podría convertirse en un agrio enfrentamiento para Trump y para los republicanos en el Congreso.
A pesar de que los republicanos tienen mayoría en el Poder Ejecutivo y en el Legislativo, el presupuesto no se podrá aprobar sin los votos de los demócratas. Y cualquier propuesta que satisfaga a los demócratas y a su nuevo líder, el senador por Nueva York Chuck Schumer, con certeza irritará al ala más derechista de los republicanos.
Por ahora, Schumer se ha mostrado cauteloso.
«Tendremos que esperar a ver lo que ocurre», dijo Schumer. «Espero que no llenen el presupuesto con cosas innecesarias».
El tema de discordia es la ley anual necesaria para aprobar los egresos que financian las entidades y dependencias públicas. El proceso de aprobación — una tarea postergada desde el año pasado a pedido de los mismos republicanos — es complicado incluso en épocas de gobiernos eficientes en Washington. Pero hoy en día la polarización ha atrofiado a la capital, y el tema se complica aun más debido a una solicitud de 18.000 millones de dólares para el Pentágono, y debido al dinero que Trump ha pedido para la construcción del muro.
Durante años, eran los republicanos los que necesitaban de la firma del entonces presidente Barack Obama, y de los votos de legisladores demócratas, para superar la reticencia del movimiento derechista conocido como Tea Party.
La elección de Trump ha trastrocado el equilibrio de poderes en Washington, pero la mayoría republicana en el Senado — donde se necesitan 60 votos para aprobar la mayoría de las propuestas — es en realidad débil. Algunos legisladores conservadores están exigiendo recortes presupuestarios para contrarrestar los nuevos gastos para el Pentágono y para el muro fronterizo.
«Si súbitamente cambiamos de posición y dejamos de preocuparnos por los gastos, seremos unos hipócritas», dijo Raul Labrador, representante republicano por Idaho y militante del movimiento Tea Party. «Yo no voy a votar por algo que vaya a incrementar los gastos sin buscar la manera de compensar en el futuro».