Sao Paulo.-El expresidente de Brasil Luiz Inácio Lula da Silva lamentó que su esposa, Marisa Leticia Rocco, haya fallecido triste, víctima de canallas que hicieron acusaciones de corrupción en su contra, aún cuando es inocente.
«Marisa murió triste porque los canallas, los fascinerosos hicieron maldades con ella. Un día deberán tener la humildad de pedirle disculpas», fustigó Lula, en el velorio al que asistieron los brasileños, familiares y amigos de Rocco, quien falleció producto de un Accidente Cerebro Vascular (ACV).
El líder brasileño reiteró su inocencia en cuanto a los procesos abiertos por la Justicia de ese país por caso Lava Jato.
«Este hombre que te despide no tiene miedo de ser preso, porque no debo demostrar mi inocencia, ellos tienen que demostrar las mentiras que dijeron», aseguró.
Asimismo, Lula despidió a su compañera y madre de sus cuatro hijos, a quien le prometió seguir «peleando mucho para salvar tu honra y tu memoria» en medio de la coyuntura política de la nación y recordó las labores de Rocco para la conformación del Partido de los Trabajadores que la derecha quiere destruir.
Recientemente, Lula y su familia ha sido objeto de una persecución judicial impulsada por la derecha brasileña.
En medio de este escenario, el juez Sergio Moro, acusado por el propio Lula ante las Naciones Unidas, entregó a la cadena privada de noticias Globo, una serie de audios de conversaciones privadas de Rocco con sus hijos, que luego fueron difundidos públicamente y generaron una ola de odio en las redes sociales contra ella.
Entretanto, en medio de su coma tras el ACV, una médica del hospital Sirio Libanés, donde estuvo internada, robó y divulgó en un grupo de Whatsapp los exámenes médicos de la ex primera dama de Brasil con un mensaje en el que explicaba como matarla «para que se la lleve el diablo». Tras conocerse este hecho, la médica fue despedida.