Es posible, igualmente, porque todos recuerdan el paso de Lenin por la vicepresidencia, cuando supo humanizar la política del Estado al dignificar a la enorme masa de discapacitados que existe en el país, abrirle puertas para su bienestar y su trabajo.
Todo esto favorece la perspectiva de triunfo en una sola vuelta, por más que las encuestas interesadas (o pagadas) digan lo contrario, mientras algunas empresas de sondeo se pelean en nombre de una de las propuestas derechistas , disputándose a dentelladas el segundo puesto, con la esperanza de que Lenin Moreno pase a la segunda vuelta y pueda ser derrotado. Ilusiones, dulces ilusiones.
Pero además de ser posible el triunfo de Lenin Moreno en la primera vuelta, es absolutamente necesario que así ocurra, pues de otra manera el país se vería abocado a una contienda política sin precedentes en la vida nacional, pues la oposición buscaría unificarse por encima de todas las diferencias que hoy mantienen, y pese a las dentelladas que se lanzan unos contra otros. Y es que en esta banda, que incluye a fascistas, curuchupas light y oportunistas de toda pelambre, los apetitos de poder son colosales.
Allí se juntan los banqueros que despellejan al pueblo y que le hundieron con el feriado bancario; allí los hábiles negociantes de la pasada deuda externa; allí los amos de la prensa antigua y moderna; los nostálgicos del podrido Congreso nacional y del hombre del maletín. En fin, los agentes de multinacionales como la norteamericana Betchel, aquí enmascarada como Interagua o Tripleoro, con sus socios menores como los alcaldes socialcristianos de Guayaquil y Machala, además de los fósiles políticos, el reducido grupo de generales privilegiados, el sector clerical que tiene como eterno ídolo al tirano García Moreno.
Por todo lo expuesto – que es muy poco- nadie puede permanecer al margen del proceso electoral; nadie debe votar por las fuerzas regresivas del pasado; nadie puede ni debe apuñalar a la madre patria. Y menos que nadie la juventud estudiosa, obligada a pensar y recuperar a tiempo la memoria histórica. Permanecer en la indecisión, votar nulo o en blanco, equivocar el voto sólo agravará los males del país.
Lenin Moreno representa la continuación de la obra positiva, hará posible la rectificación de los errores, será capaz de unir a las fuerzas sanas del pueblo ecuatoriano, lejos de todo sectarismo de grupo o de partido. Esto lo espera el Ecuador todo; esto anhela también la Patria Grande, nuestra América.
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