Los trastornos síquicos derivados de la espiral de violencia que conmueve a México desde hace 10 años aumentaron en forma alarmante en el país, alertaron expertos y dirigentes de organizaciones civiles que trabajan con las víctimas.
La depresión y el síndrome postraumático son dos de los problemas mentales más frecuentes de las personas expuestas a la violencia en el país, que ha arrojado según la Organización de las Naciones Unidas al menos 184.000 muertos, unos 28.000 desaparecidos y 280.000 desplazados.
El 11 de diciembre del 2006, el entonces presidente Felipe Calderón lanzó la cuestionada campaña contra las bandas criminales con apoyo de las Fuerzas Armadas, que por primera vez se embarcaron en una operación de largo plazo que no tiene para cuándo terminar.
Gabriela Cámara, de la organización Voz Pro Salud Mental, señala que el 81% de las personas con trastornos mentales no reciben tratamiento pese a que en México una de cada cuatro personas entre 18 y 65 años presenta alguna perturbación, según la Encuesta Mundial de Salud Mental de la Organización Mundial de la Salud 2014.
Cámara señaló que el 54% recibe atención hasta que presenta una fase muy avanzada de la enfermedad y sólo el 33% recibe atención durante las primeras etapas, además de cuestionar que el gobierno mexicano sólo destine el 2% del presupuesto a la salud mental, cuando la OMS recomienda al menos el 10 %.
Según la ONG, los hechos de violencia que más generan depresión y síndrome postraumático son: violencia familiar, abuso sexual, violación, persecución o acoso, hostigamiento por familiares u otras personas, y ser testigo de ataques, homicidios y ser secuestrado o asaltado de forma violenta.
Se ha documentado asimismo el aumento de suicidios entre adolescentes que han sufrido un “evento adverso” por haber lesionado o torturado a alguien, por atestiguar la violencia física en casa, por una muerte inesperada, por vivir en una región de terror o por presenciar un episodio traumático, dijo Cámara.
Según el Instituto Nacional de Estadística y Geografía (Inegi), la tasa de suicidios en México va “in crescendo” al pasar de 3,5 por cada 10.000 habitantes en 2000 a 4,9 en 2013 y el 40% de las víctimas tenían edades oscilantes entre los 15 y 29 años.