sputniknews.-
Mientras el mundo centraba sus ojos en las operaciones de Alepo y Mosul, detrás de los titulares quedaba la batalla por Al Bab, una localidad clave, situada al norte de Alepo, justo entre las posiciones de las fuerzas gubernamentales sirias, turcas y kurdas, y que hasta ahora se encuentra en manos de los radicales de Daesh.
La ciudad ha sido escenario de una operación de las tropas turcas contra los radicales que, según el presidente Recep Tayyip Erdogan, está cerca de finalizar. El analista en materia de defensa Koray Gurbuz compartió con Sputnik su opinión sobre esta operación.
Según él, Washington, directa o indirectamente, «ha puesto palos en las ruedas» de Ankara desde que la coalición liderada por EEUU no hizo nada para prevenir que los radicales se moviesen en dirección a la ciudad para hacer frente al avance turco. «La ciudad estratégicamente situada de Al Bab es importante debido a su proximidad con la provincia turca de Kilis, así como con las ciudades sirias de Afrin y Manbij [ambas bajo control de los turcos]. Al tomar Al Bab uno sería capaz de asegurar una sensible zona fronteriza y preparar nuevas operaciones anti-Daesh», dice el experto. Además, Al Bab se encuentra cerca del propio Alepo, una ciudad liberada de los radicales gracias a los acuerdos alcanzados entre Siria, Turquía, Irán y Rusia, y eso no es del agrado de Estados Unidos, sugiere el experto. Koray Gurbuz es analista en materia de defensa de la Universidad de Bilkent y ex presidente del Consejo de Veteranos de Turquía. En su entrevista destacó que la actitud de Washington respecto a los radicales podría tener «sangrientas consecuencias» para muchos, incluyendo los soldados turcos.
Además, Al Bab se encuentra cerca del propio Alepo, una ciudad liberada de los radicales gracias a los acuerdos alcanzados entre Siria, Turquía, Irán y Rusia, y eso no es del agrado de Estados Unidos, sugiere el experto. Koray Gurbuz es analista en materia de defensa de la Universidad de Bilkent y ex presidente del Consejo de Veteranos de Turquía. En su entrevista destacó que la actitud de Washington respecto a los radicales podría tener «sangrientas consecuencias» para muchos, incluyendo los soldados turcos.
«Se supone que Estados Unidos es aliado de Turquía, pero se ha hecho de la vista gorda respecto a la reubicación de las fuerzas terroristas. Como resultado, han complicado la situación en el campo de batalla», afirma.