Brasil recibe la primera condena de la Corte Interamericana de Derechos Humanos (CIDH) por tolerar la esclavitud en sus formas modernas.
Telesur.- De esta forma Brasil se convierte en el primer Estado en recibir la condena de la CIDH por violar las garantías laborales de 85 trabajadores que debieron ser rescatados de una hacienda en el estado de Pará (norte), en el año 2000.
Según informa Efe, ahora, 16 años después, el tribunal continental de derechos humanos, con sede en San José (Costa Rica), concluye que el Estado brasileño permitió los graves abusos laborales en la Hacienda Brasil Verde y lo catalogó como esclavitud moderna y trata, por las condiciones señaladas en denuncias desde 1989. Por ello, ha ordenado indemnizar a los trabajadores y reanudar las investigaciones internas.
Conforme a la demanda de la CIDH, a pesar de que el Estado de Brasil tenía conocimiento del trabajo esclavo, no adoptó medidas razonables de prevención y respuesta, ni dio a las víctimas un mecanismo judicial efectivo para la protección de sus derechos.
Durante una audiencia realizada el pasado febrero en San José, testigos indicaron a los jueces que los empleados no podían abandonar su puesto de trabajo, recibían amenazas de muerte, no les pagaban un salario decente y tenían malas condiciones de vivienda, alimentación y salud.
La mayoría de las víctimas de esclavitud en Brasil son llevadas a las haciendas con una promesa engañosa de buenos salarios y adecuadas condiciones de trabajo.
En la referida Hacienda retuvieron las cédulas de trabajo de los obreros y les hicieron firmar documentos en blanco. Los trabajadores fueron reclutados por un “coyote” (traficante de personas) en las localidades más pobres del país y viajaron varios días en autobús, tren y camión, hasta llegar a la Hacienda.
Las jornadas de trabajo eran de 12 horas o más, dormían en ranchos, sin electricidad, camas ni armarios, la alimentación era insuficiente, los empleados se enfermaban con regularidad, no se les daba atención médica y sus labores las realizaban bajo amenazas y vigilancia armada.
“Ninguno de los procedimientos legales en sede interna determinó algún tipo de responsabilidad, ni sirvió para obtener reparación a las víctimas o estudió a fondo la cuestión planteada”, dice la condena, de acuerdo con la cual, ello obedece a una “normalización” de las condiciones inhumanas en que trabajaban muchas personas especialmente vulnerables en los estados más pobres de Brasil.
Según el documento, la esclavitud en tiempos actuales debe entenderse como la restricción o privación de la libertad individual de una persona, con intención de explotación mediante el uso, la gestión, el beneficio, la transferencia o el despojarse de una persona. Por lo general, este ejercicio se obtendrá a través de medios tales como la violencia, el engaño o la coacción.
El ente judicial indicó que supervisará el cumplimiento íntegro de la sentencia y que dará por concluido el caso una vez que el Estado brasileño haya dado cabal cumplimiento a lo dispuesto en la misma.
La CIDH es un tribunal de la Organización de Estados Americanos (OEA) y sus sentencias son de acatamiento obligatorio para los Estados miembros.