Según el centro de investigaciones de Datafolha, que entrevistó a 2 mil 828 personas entre el 7 y 8 de diciembre, los resultados previstos para una primera vuelta electoral reflejan que el Partido de los Trabajadores (PT) tendría a su favor un 25 por ciento de los votos, enfrentando a un 15 por ciento del partido Rede Sustentabilidade (REDE) liderado por Marina Silva.
Le siguen con un 11 por ciento el senador Aécio Neves del Partido de la Social Democracia Brasileña (PSDB), Jair Bolsonaro (PSC): 9 por ciento, Ciro Gomes (PDT): 5 por ciento, Michel Temer (PMDB): 4 por ciento, Luciana Genro (PSOL): 2 por ciento. Ronaldo Caiado (DEM): 2 por ciento, Eduardo Jorge (PV): 1 por ciento, Blanco / nulo: 20 por ciento.
Un 6 por ciento de los encuestados respondió que No sabe.
Después de compartir liderazgo con la exsenadora Marina Silva en las encuestas recientes, el PT experimenta un comportamiento positivo y abre ventaja sobre el potencial oponente, que cayó en la preferencia de los brasileños.
La pesquisa, con un margen de error de más-menos el dos por ciento, arrojó que si tuvieran que enfrentarse en segunda vuelta electoral, Silva obtendría un 43 por ciento de las preferencias frente a un 34 por ciento de Lula.
Crece rechazo de los brasileños hacia Temer
La investigación de Datafolha también reflejó un incremento del rechazo de la población brasileña hacia el presidente Michel Temer, quien es calificado por la mayoría encuestada de falso y deshonesto.
El sondeo realizado reveló que el 65 por ciento de las personas cree que Temer es un hombre falso; el 58 por ciento lo considera deshonesto y el 75 por ciento coincide en que defiende los intereses de los más ricos.
Por otro lado el 63 por ciento está a favor de que Michel Temer renuncie del titular del Ejecutivo y a la convocatoria inmediata de elecciones, consecuencia que se deriva de la complicada situación económica en la que se encuentra el país luego de su llegada al poder.
La mayoría de los entrevistados considera que los indicadores económicos se deteriorarán y aumentará la inflación, el desempleo, lo que representará una peor situación para los brasileños.