Ha dejado de vivir el líder revolucionario que condujo al pueblo cubano por los caminos de la ciencia por primera vez en la historia. Un comentario serio, desapasionado y creíble en torno al comportamiento de una sociedad y de su líder indiscutible se hace difícil en momentos donde las emociones son intensas. Los adjetivos pueden inundarnos cubriendo solo de sentimientos lo que debe ser terreno fértil para semillas de acción e innovación. Tenemos que sembrar esas semillas y dejar a los sentimientos el papel de fertilizarlas.
La utilidad de unas líneas de comentario en momentos como este, cuando Fidel ya deja de estar entre nosotros, no puede basarse en promover las ya existente e intensa pena. Hoy es mucho más útil y fidelista tratar, una vez más, de proyectar nuestro futuro. Nunca Fidel lamentó algo sin usarlo para llevar adelante una nueva idea o pensamiento de acción. Ese líder siempre joven nos ayudó a ver los hechos y la política con una forma de razonamiento novedoso. Nos expuso sus pasiones con elegancia y sin adornos inútiles. Supo hacernos cómplices de sus sueños y compartir algunos de los nuestros. Es muy probable que hoy desearía por encima de todo que se sigan haciendo realidad los propósitos que lo hicieron estar al borde de perder antes de tiempo esa vida que ahora se ha apagado. No para su gloria, que muchas veces nos recordó martianamente que cabe en un grano de maíz, sino porque el pueblo de Cuba y toda la humanidad lo merecemos.
Los cubanos no somos mejores que pueblo alguno. No existen pueblos mejores que otros. Pero si hemos tenido la fortuna de ser educados en ideas muy avanzadas y proactivas. Nuestra conciencia social de hoy le debe mucho a Martí, que fue un hombre revolucionario y culto, de visión universal. El saber del pueblo cubano de hoy, estemos donde estemos, está también determinado de alguna forma por el liderazgo y la visión de Fidel. Aprovechémoslo para crear y transformar inteligentemente todo lo que lo amerite, para innovar, como nuestro mejor homenaje hoy y en todos los días futuros a Fidel.
¡Convirtamos una vez más un revés en victoria!