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La caída de los precios del crudo y la mala prensa que acompaña al país suramericano parecerían ser razones suficientes para que las grandes compañías petroleras dejaran el país, ¿o no? Las crecientes inversiones en el sector son la respuesta más evidente.
Si todos los augurios de la prensa fueran ciertos, serían malas noticias para las grandes compañías petroleras que invierten en Venezuela. Pero no.
Pese a la caída de los precios del crudo y el impacto negativo que ha tenido ese descenso en la monoproductora economía venezolana, las firmas petroleras mundiales permanecen en el país suramericano y anuncian nuevas inversiones para incrementar la producción de hidrocarburos. ¿Cuáles son las razones de ese fenómeno?
Es barato
Producir un barril de petróleo en Reino Unido cuesta unos 52 dólares; en Brasil, aproximadamente 41 dólares y en EE.UU. puede rondar los 36 dólares, según la base de datos UCube de Rystad Energy, citados por CNN.
En Venezuela, el costo promedio es de 13 dólares por barril y se estima una reducción de 28% para el cierre de este año, que podría dejar el precio de producción por debajo de los 10 dólares. «Estamos preparándonos para mantener rentabilidad como empresa en un año más complicado de precios», dijo en enero el ministro de Petróleo, Eulogio del Pino.
Reservas probadas
De acuerdo al informe de gestión 2015 de Petróleos de Venezuela (Pdvsa), el país tiene 300.878 millones de barriles en reservas probadas de crudo, certificación que lo ubica en el puesto número uno del ranking mundial por sus recursos energéticos.
¿Qué significa que sean reservas «probadas»? Que se pueden extraer del subsuelo de manera rentable. Esa ventaja es la que sitúa a Pdvsa como la quinta empresa más importante del mundo, de acuerdo al estudio comparativo de Petroleum Intelligence Weekly, publicado a finales del año pasado, que combina criterios operaciones como reservas, producción, refinación y ventas.
Seguridad
Las condiciones de seguridad que ofrece Venezuela para los inversionistas internacionales no son despreciables. Un reportaje de BBC, publicado este martes, destaca que «pese al conflicto político entre gobierno y oposición, es un país relativamente seguro».
Otras naciones petroleras como Siria y Libia, que tienen condiciones similares a las de Venezuela, están hoy en guerra. Esa es una de las razones que explica por qué en los últimos 16 meses, la estatal ha signado nuevos convenios que ya suman una inversión de 10.708 millones de dólares para incrementar la producción.
La cercanía de la próxima reunión de la OPEP y la expectativa de que se acuerde la reducción de la producción han empujado el incremento de los precios, cuestión prioritaria para el gobierno venezolano que conviene a los inversores.
Mercado vivo
Un informe de a Agencia Internacional de la Energía (AIE), citado por El Economista, estima que la demanda de petróleo se incrementará hasta 2040, por lo que el «fin de la era» combustibles fósiles no está a la vuelta de la esquina.
Según los datos de la AIE, para 2040 el mundo consumirá alrededor de 103,5 millones de barriles, un aumento significativo si se compara con los 92,5 millones registrados en 2015. Las razones de ese comportamiento, explica la agencia, es la falta de alternativas de combustibles para los transportes terrestres, aéreos y la industria petroquímica.
Pero aunque llegue la hora fatídica para la industria petrolera, Venezuela tiene una carta a su favor: la explotación gasífera. La AIE prevé que el gas natural será la alternativa a los combustibles fósiles y allí entran en juego las reservas probadas del país.
Las reservas probadas de gas del país se ubican en 201.349 miles de millones de pies cúbicos, de las cuales sólo se han desarrollado 30%.
En julio de este año, el secretario general del Foro de Países Exportadores de Gas (FPEG), Mohammad Hossein Adeli, estimó que Venezuela, junto a Bolivia, será el gran exportador de gas natural en Suramérica, mientras que Brasil y Argentina se convertirán en «importadores netos», recalca El Universal.
Alianzas mixtas
Empresas de China, India, Rusia e Irán han incrementado su participación en Venezuela este año, aún cuando el panorama anunciado por la OPEP era desfavorable para las inversiones.
El capital extranjero, que se asocia a través de empresas mixtas con el Estado, se dedica a la exploración, extracción, recolección y almacenamiento. Pdvsa divide las compañías en tres grupos: las que tienen convenios para la explotación de petróleo liviano-mediano; las de la Faja Petrolífera del Orinoco y las enfocadas en desarrollos Costa Afuera.
Tan sólo la semana pasada, China anunció la creación de un fondo de inversiones petroleras de 1.300 millones de dólares y la empresa India ONGC suscribió acuerdos con Caracas por el orden de los 1.448 millones de dólares, lo que da luces sobre las fortalezas del país petrolero aún en medio de la difícil coyuntura económica que atraviesa.
Nazareth Balbás