Un fiscal ecuatoriano estará también presente durante el testimonio, se que se alargará durante gran parte del día. Se espera que el fundador de WikiLeaks, que ha cumplido 45 años en su peculiar «cautiverio», se autoproclame «inocente». Assange alegará que las relaciones sexuales con sus dos acusadoras -conocidas como Miss A y Miss W- fueron consensuadas.
Julian Assange sostiene que las acusaciones en Suecia forman parte de un complot contra él con el objetivo de extraditarle en última instancia a Estados Unidos, donde un gran jurado secreto investiga el papel de WikiLeaks por los documentos filtrados de las guerras de Afganistán e Irak y por los «cables» del Departamento de Estado que horadaron la reputación Hillary Clinton durante su campaña electoral.
Los seguidores de Assange esperan que su situación se desbloquee con la llegada a la Casa Blanca de Donald Trump, que llegó a decir durante la campaña electoral: «Amo a WikiLeaks». El abogado de Assange, Barry Pollack, ha declarado The Guardian que los comentarios de Trump son «alentadores» y que podría en última instancia conceder un «perdón preliminar» similar al que el presidente Gerald Ford concedió a Richard Nixon.
La intervención de Assange en la campaña norteamericana sirvió para crearle problemas inesperados con sus anfitriones ecuatorianos. Por primera vez desde junio del 2012, cuando pidió asilo en la embajada, el Gobierno de Rafael Correa dio instrucciones para cortar el acceso a internet del fundador de WikiLeaks, alegando la voluntad de Ecuador de respetar «el principio de no interferencia» en las campañas electorales en otro país.