La estructuración del actual orden económico internacional ha profundizado la pobreza y la desigualdad. Configurándose un modo de vida caracterizado por los grandes contrastes que van desde la opulencia más obscena propia de algunos sectores de la sociedad industrial, hasta la exclusión social que se incrementa en forma vertiginosa, no sólo, en los países pobres, sino en el mundo industrializado. Estas transformaciones se producen en el marco de grandes contradicciones, donde la globalización, y el desarrollo permanente de medios técnicos condicionan los procesos productivos, reforzándose el control de las economías de los países periféricos por parte de las corporaciones transnacionales.

En este contexto, se incrementan los compromisos de carácter multilateral y bilateral que refuerzan la dinámica de transnacionalización de la economía, donde las grandes corporaciones ejercen la hegemonía, constituyéndose en instrumentos fundamentales para consolidar la supremacía y dominio del sistema global del capitalismo. Vulnerando los intereses y soberanía de los estados nacionales.

Estos procesos se enfrentan al rechazo y resistencia de los trabajadores y trabajadoras, así como de diversos sectores sociales, de los países involucrados, por cuanto, esa arquitectura financiera y económica conlleva, no sólo, la pérdida de soberanía e independencia de los estados nacionales, sino que el marco de desregulación, como principio básico del libre comercio atenta contra los procesos productivos de las economías nacionales. En este sentido, a parte del fallido intento del ALCA1, se puede mencionar las negociaciones llevadas a cabo durante las últimas décadas que han conducido a la concreción de tres acuerdos como son: A) Acuerdo Transatlántico para el Comercio y la Inversión (TTIP por sus siglas en inglés, que está en proceso de negociación entre EE.UU. y la Unión Europea); B) el Acuerdo Transpacífico de Cooperación Económica (TPP, con participación de 12 países, tres de ellos de América Latina; y C) el Acuerdo sobre el comercio de servicios, TISA, por sus siglas en inglés Trade in Services Agreement, en el cual participan cerca de 50 países, siete de ellos de América Latina.2

Cada uno de esos instrumentos se encuentra en fases distintas en cuanto a sus posibilidades de implementación. Lo significativo, es que son la expresión más genuina del proceso de centralización y concentración de la producción y el capital global, donde el surgimiento de bloques regionales e interregionales forman parte de la estrategia de las corporaciones transnacionales para afianzar la globalización capitalista. Es decir, se constituyen redes de integración de circuitos comerciales, productivos, tecnológicos y financieros que se desenvuelven más allá de los límites de las fronteras nacionales donde la transectorialización, la transterritorialización, la desterritorialización y deslocalización, son ejes fundamentales del proceso de acumulación del capitalismo en la actualidad.

Estas circunstancias obligan a resignificar el concepto de democracia y los nuevos planos de articulación, representación y participación de los pueblos y los nuevos sujetos sociales, a los fines de develar la intrincada red de los poderes fácticos que dominan las sociedades en la contemporaneidad. En estas «democracias» no participan los pueblos. Esta es la democracia del gran capital, que en el caso de América latina, intentan profundizar su presencia, derrotando los procesos progresistas que insurgen a comienzos del siglo XXI. Hoy, amenazados por los procesos de restauración conservadora-neoliberal que se encuentran en pleno desarrollo. Por consiguiente, los tratados de libre comercio son una indiscutible amenaza para el continente y en general para la salud del planeta.

*sociologo44@hotmail.com

1 Área de Libre Comercio para las Américas, proyecto que planteaba la extensión del Tratado de Libre Comercio para América del Norte (México, EEUU y Canadá) al resto del Continente, con la exclusión de Cuba. A partir del encuentro de la IV Cumbre de las América realizada en Mar de Plata, Argentina en el año 2005, contó en el rechazo firme de los Presidentes, Hugo Chávez, Néstor kirchner y Luiz Inácio Lula Da Silva, entre otros mandatarios de la región, por consiguiente, la propuesta quedó derrotada. No obstante, con el proceso de restauración neoliberal en Argentina, Brasil, Paraguay y otros países de la región, está latente la amenaza del resurgimiento de la idea de creación de una zona de libre comercio en la región baja la egida de EEUUU.

2 Véase Jaime Estay. Los mega acuerdos y sus amenazas para A. Latina, disponible en http://www.alainet.org/sites/default/files/alai517w.pdf.