Conversación con George Mavrikos, reelegido secretario general de la Federación Sindical Mundial
 
Miguel Arróniz
Rebelión

La Federación Sindical Mundial (FSM) es una federación internacional de sindicatos fundada el 3 de octubre de 1945 en París. Es la segunda organización sindical internacional más antigua y fundadora de la Organización Internacional del Trabajo (OIT). Sigue la línea del movimiento sindical clasista y lucha contra el capitalismo y el imperialismo, por una sociedad sin explotación del hombre por el hombre.

Desde enero de 2006 la sede mundial de la FSM se encuentra en Atenas. En cada continente cuenta con una oficina regional. En todos los sectores importantes tiene Uniones Internacionales Sindicales (UIS).

La FSM tiene representantes permanentes ante organismos internacionales como la ONU, la UNESCO, la FAO o la OIT. Lucha a través de estos organismos y pone de manifiesto el monopolio que existe dentro de estos organismos.
 

George Mavrikos nació en 1950 en una de las múltiples islas griegas del Mar Egeo, en el seno de una familia dedicada a la ganadería bovina. Trabajó durante 16 años en la rama de los trabajadores del metal en una fábrica de maquinaria agrícola. Ha participado en las luchas sociales de su país desde que era estudiante. Fue despedido de su trabajo por su acción política y sindical en tres ocasiones.

En 1975 fue elegido representante sindical. Durante muchos años fue el director de la Asociación de Empleados del Sector Privado de Atenas. De 1993 a 1997 fue Secretario General de la Confederación General del Trabajo de Grecia y entre 1999 y 2008 estuvo al frente de PAME (Frente Militante de Todos los Trabajadores), uno de los principales sindicatos de Grecia.

En 2000, fue elegido vicepresidente de la Federación Sindical Mundial, tras la celebración del XIV Congreso de esta internacional sindical, que tuvo lugar en Nueva Delhi. De 2000 a 2005 fue el coordinador de la Oficina Regional Europea de la FSM. En el XV Congreso de la FSM, celebrado en La Habana, fue elegido secretario general, cargo que ostenta desde entonces.

 

Entre el 4 y el 8 de octubre se ha celebrado en Durban (Sudáfrica) el XVII Congreso de la FSM que ha reelegido a George Mavrikos como secretario general. Conversamos con él en el marco de este Congreso.

-Un nuevo Congreso de la FSM en el que eres reelegido como secretario general. ¿Qué balance haces de estos últimos 5 años?

-La situación mundial es de una profunda crisis económica y del sistema capitalista que está suponiendo multitud de muertes para los trabajadores/as, incluyendo entre ellos a muchos emigrantes. Por eso hemos centrado este Congreso en el logro de las necesidades contemporáneas de la clase trabajadora; por la emancipación de los trabajadores/as; contra la pobreza y las guerras generadas por la barbaridad capitalista. Por otro lado está la agresividad imperialista que pone en una situación muy dificil a la gente sencilla.

-¿Y que balance haces del desarrollo de la propia FSM?

-La FSM cuenta ya con 92 millones de afilidos/as, ha abierto 7 nuevas oficinas regionales, ha creado la UIS de Pensionistas y Jubilados y en estos momentos el Congreso acoge a 1150 delegados/as de 111 países.

-¿Que prioiridades tiene la FSM de cara al futuro?

-La defensa de la clase trabajadora frente a la barbarie capitalista. Entre ellos se encuentran los inmigrantes y refugiados que han llegado a esta situación por culpa de las guerras imperialistas y a la explotación de los recursos naturales. Debemos desenmascarar el sindicalismo amarillo de la CSI por ser antidemocrático y colaboracionista, podemos ver su papel oscurantista en el seno de la OIT o frente a las guerras. Y, finalmente, desenmascarar a las ONG’s e ilusionar a la juventud para que confíe en la clase obrera. Valen la pena las luchas, son una necesidad para la clase obrera.

-¿Qué significa ser secretario general de la FSM?

-Ser secretario general de la FSM es una tarea muy importante, líderes mundiales famosos fueron secretarios generales de la FSM como Alexander Zarikov, Ibrahim Zakaria, Enrique Pastorino, Pierre Gensous o Louis Saillant. Recordemos el Congreso de Damasco en 1994 en el que el único asunto tratado fue el combate a las propuestas reformistas que trataban de abolir la FSM estando muchos de nosotros presentes y el papel desarrollado por el entonces presidente. Es un puesto de gran responsabilidad, conozco las dificultades y daré todas mis energías.

-También hay un nuevo presidente de la organización.

-Desde el Consejo Presidencial hemos decidido apoyar la candidatura de Sudáfrica para nombrar como presidente a Mike Makihayiba. Estamos seguros de su papel y su contribución al movimiento sindical de clase. El trabajo realizado por la organización sindical Cosatu es de agradecer y una muestra de la potencialidad de estos compañeros y compañeras.

-Y se modifica ese Consejo Presidencial.

-El Consejo Presidencial pasa de 44 a 47 miembros ya que la FSM ha crecido y necesitamos cuadros que den el 100% de sus fuerzas. Modificamos la representación por países de tal forma que de África pasan a ser 12 miembros, 14 de Latinoamérica, 8 de Europa, 11 de Asia, 7 de los países árabes. Solo se presentan 3 mujeres y renovamos 20 miembros.

-Has comunicado al Congreso que será tu última etapa como secretario general.

-Así es. Estoy convencido de que en el próximo Congreso encontraremos un secretario o secretaria general mas joven, mas fuerte. Y debemos creer en la nueva generación.

-¿Como valoras el XVII Congreso de la FSM?

-Han sido tres días de discusiones, 100 oradores con ponencias desde el estrado, hemos avanzado en un congreso abierto. También han asistido amigos/as y simpatizantes, es el carácter del sindicalismo de clase. Podemos confirmar que fue abierto, democrático, internacionalista, de los trabajadores/as. El Congreso ha sido monitoreado por observadores sudafricanos a los que agradecemos también su trabajo.

-¿Cuáles son las principales tareas de futuro?

-En primer lugar tenemos deberes organizativos: reforzar la FSM, ya contamos con representantes nuevos de países importantes. Pero debemos reforzar la FSM en todos los países. Hemos tenido conversaciones con sindicatos de Nigeria y del mundo árabe que abandonarán la CSI para incorporarse con nosotros. Se va a crear la oficina en Rusia para Eurasia. Entre todos debemos tener un objetivo común. Y no solo son números, se trata de un asunto político e ideológico. Debemos fortalecer los sindicatos de base porque no somos elitistas y esos sindicatos deberán ser escuelas. Tenemos que trabajar con las masas, en los centros de trabajo, porque no somos burócratas.

Por otro lado, en el Consejo Presidencial debemos debatir sobre temas mas concretos y prestar especial atención a África, es el futuro del movimiento sindical. Finalmente, debemos rechazar el papel de los sindicatos amarillos. Y en ese mismo foro daremos cabida a los secretarios generales de las UIS.

-¿Qué pueden esperar las mujeres, los emigrantes, los jóvenes de la FSM?

-Hay que dar respuesta cada día junto a ellos. Si las mujeres no participan no podemos hablar de sindicalismo de clase y es una mala imagen que solo haya 3 en el Consejo Presidencial. Hemos escuchado grandes discursos de mujeres en este congreso. Nuestra intención es crear Comités de la Mujer Trabajadora, de Juventud, de Científicos, Jurídico…

-¿Y cuáles son las prioridades?

-Todos estamos de acuerdo con nuestros principios pero necesitamos radicalizar las luchas de forma mas política, concienciar a la clase trabajadora. No podemos vivir bajo un régimen de explotación, tenemos que luchar por la emancipación de los trabajadores/as. Las armas políticas e ideológicas son nuestras herramientas y debemos unir a todos bajo una misma orientación.

Hay dificultades, en Brasil, en México, en la Region Árabe, en África… pero debemos proteger a la FSM por delante de todo tras sus 71 años de historia porque seguimos aprendiendo de nuestra historia.

-¿Cuáles son las líneas ideológicas de la FSM?

-El carácter internacionalista es nuestro elemento mas importante y debemos apoyar a Cuba, a Venezuela, a todos los cuadros que luchan en sus países. Necesitamos respetar nuestra línea política, una línea militante: antiimperialista, anticapitalista, de unidad de trabajadores como clase.

-¿Y cuáles son las perspectivas?

-Las perspectivas son muy optimistas, porque tenemos superioridad ideológica y de cuadros sobre los sindicatos amarillos y ellos saben que tenemos esa superioridad moral.

-¿Cuál va a ser el rol de la FSM en los próximos años?

-La FSM debe introducir un nuevo elemento en la lucha de clases: atacar. Y a partir de ahí, preparar el futuro de la clase obrera para el siglo XXI.