Finalmente Caracas no fue tomada por la derecha fascista como durante un mes lo proclamaron a los cuatro vientos toda la mediática burguesa y su apoyo transnacional dando la sensación, por la estridencia y amarillismo del lenguaje de los líderes de la mud, primero (in) justicia), voluntad (im) popular, ad, únete y la charca de la mud. Pero no sólo era la «toma» de Caracas, sino el fin del gobierno, la virtual caída del Presidente Nicolás Maduro.

Se emplearon todas las técnicas conocidas y no conocidas de la propaganda, del marketing publicitario, de la guerra sucia que dirige el terrorista JJ Rendón. Los laboratorios de mentiras que funcionan en Miami se emplearon a fondo y los gobernantes norteamericanos, el Departamento de Estado yanqui, la CIA invirtieron cuantiosas cantidades de millones de dólares con la intención de generar y desarrollar una guerra psicológica de amplio espectro en la población venezolana para neutralizarla, sobre todo al sector chavista, bolivariano, ya tocado con la crisis que ha generado la guerra económica impulsada por la oligarburguesía y que dos millones de chavistas se abstuvieron de votar por los diputados revolucionarios en las elecciones parlamentarias del 6 de diciembre de 2015. Ya en las postrimerías del 1º de septiembre el triunfalismo llevó a la ultra derecha a creer que prácticamente tenían el mandado hecho, que en verdad Maduro comenzaría a derrumbarse con el millón de personas que quimérica y fantasiosamente movilizarían y con el cual iban a tomar Caracas, alcanzando una regular movilización de unas 30 mil personas. Todo aquello no era más que los preparativos de un golpe de Estado dirigido desde Washington.

Aquel latigazo mediático y político encendió las alarmas en el campo revolucionario y se aprestó la dirección política del Psuv, el Presidente, el Polo Patriótico y el Estado Mayor Cívico/Militar, la dirección del Estado toda a darle respuesta contundente a aquel reto y su tremenda carga provocadora y peligrosa porque encubierto en las banderas políticas del referéndum revocatorio estaba el plan terrorista en gran escala, la utilización de grupos paramilitares colombianos (cien de ellos descubiertos en un campamento a 500 metros de palacio de gobierno) y la posible concreción de un golpe de Estado. Por eso cuando la ultra derecha y el imperialismo lanzan su convocatoria ya los planes de recuperación económica tenían casi dos meses en desarrollo y el dispositivo político se comienza a desarrollar con el impulso de grandes y gigantescas movilizaciones de masas que se traduce en la realización de marchas y concentraciones masivas de chavistas en casi todos los estados de la República, Caracas incluida antes del 1º de septiembre. El Psuv y la Revolución dieron no sólo una muestra de fuerza sino mostraron un poderoso músculo de masas y apoyo popular. Hay que señalar que la derecha subestimó al chavismo al no creer que pudieses llenar la avenida Bolívar, con el añadido, apoyando lo contrario, de las masivas concentraciones que durante casi tres semanas se produjeron en el interior del país, lo que fortalecía el optimismo de la dirección revolucionaria en llenar la primera avenida de Caracas, la avenida Bolívar.

Sabiendo su rapacidad, lo altos niveles de criminalidad y crueldad en los grupos terroristas de la mud y sus partidos, la Alcaldía de Caracas prohibió que los marchistas viniesen a la ciudad capital para garantizar la paz de los habitantes capitalinos, para ello cordones policiales y militares se apostaron en lugares estratégicos. No obstante fue evidente que el comercio acató la orden opositora de cerrar las empresas de todo género, de manera que el jueves 1º de septiembre pareció más bien un domingo cualquiera. Todos los negocios cerrados. ¿Se dejaron amedrentar o forman parte de la conspiración?, que es lo más probable, si no que lo digan los aumentos desmedidos en todos los productos que el pueblo debe adquirir.

¿Fracasó la convocatoria de la derecha, fue derrotada en su convocatoria?

Si nos atenemos a lo dicho por la mud y sus grupos más importantes que jaquetonamente hablaron de movilizar la bicoca de un millón de personas para obligar al CNE, y por extensión al gobierno que presuntamente controla al ente comicial, a realizar este año 2016 en referendo revocatorio de Maduro, pero con dos añadidos, tomar con esa descomunal masa la ciudad de Caracas, llegar a Miraflores, sede del gobierno, para quedarse allí como reiteradamente lo dijo el terrorista Freddy Guevara y otros dirigentes de voluntad (im) popular, es decir, con una masiva insurrección de la burguesía y de la clase media fundamentalmente, derrocar el gobierno revolucionario. En su famoso correo al prófugo Carlos Vecchio –quién su vez traidoramente se lo reenvió a Lilian Tintori– donde habla pestes de Leopoldo López y evidencia la división del grupo extremista, confiesa que el 1º de septiembre correrá la sangre y habrá muertos. El gobierno no necesitó que lo confesara, actuó de manera contundente y abortó la fuga de Ceballos, apresó a Goicochea y Carlos Melo con cargas explosivas y –una de las joyas de la corona– apresó a 100 paramilitares super armados cerca del palacio presidencial y presuntamente a las órdenes de voluntad (im) popular, primero (in) justicia y la mud.

Ese sería el preámbulo del llamado a la movilización donde no sólo buscaban asustar y amedrentar a la población sino a sus seguidores y votantes que seguramente se recordaron de los asesinatos de opositores por parte de aquellos francotiradores al servicio de los golpistas de la ultra derecha. Así, la estruendosa y abultada cifra de un millón de personas a movilizar bajó o se redujo a la muy modesta cantidad de unas 30 mil personas que se concentraron, como ya es costumbre, en el Este de Caracas, en la avenida Miranda, por el llamado Parque Cristal. Para tener algunos años sin lograr mover cantidades significativas de gente, esa cantidad no luce mala, pero… su costo le resulta extremadamente caro a los derechistas convocantes, que por bocones, volvieron a engañar a sus amos del norte que esperaban el inicio de la guerra civil en Venezuela y poder movilizar las fuerzas militares intervencionistas que tenían preparadas en el Caribe, en sus bases más cercanas de Colombia y Aruba, para traernos su «ayuda humanitaria».

Se les cayó el proyecto de crear una Plaza Maidán

En todo caso otra de las estrategias de montar una especie de plaza Maidán –como ocurrió en Ucrania– y quedarse allí hasta que estallasen las condiciones, accionar las guarimbas y los grupos paramilitares en gran escala y lograr que una parte del Ejército se plegara al golpe de Estado, no sólo fracasó, sino que incluso las divisiones internas dentro de la mud fueron de tal magnitud que prácticamente no hubo una voz que liderara en la tarima y orientara a aquella masa que presuntamente venía a luchar «por derrocar la tiranía de Maduro». El revocatorio fue el gran ausente de aquella super corta actividad que tan sólo duró una hora. Tiras y encoje entre el representante del futuro Ramos Allup y el no menos anacrónico Capriles Radonski, ambos enfrascados en una tempranísima carrera candidatural. A ello se agrega la reculada ante los golpes asestados por el chavismo en ofensiva, teniendo al final que el inefable alias Chúo tomara la palabra para decir vaguedades, lugares comunes, leer un papel todo arrugado y mandar a los marchistas «a irse para sus casas».

Durante las tres marchas opositoras se oían consignas como: «Vamosa Miraflores», «Vamos a acabar con Maduro este primero de septiembre», «Obliguemos al CNE a hacer el revocatorio ya», y otras que se quedaron en el camino convirtiéndose en objetivos y ansiedades incumplidas, demagogia politiquera de los líderes del fascismo criollo como aquella de la campaña electoral de: «Al llegar al poder legislativo acabaremos con las colas». Por supuesto nada han hecho en 8 meses para coadyuvar a solucionar la crisis económica, más bien la han intensificado.

Mientras el gobierno desarticulaba parte del aparato armado de la mud y los grupos más talibanes y extremistas ¿que hizo aquella dirección cada vez más atomizada, dividida? Llamar a un piche cacerolazo, a unas presuntas marchas a las sedes del CNE cuando ellos saben que eso está expresamente prohibido. Después de aquella inmensa y descomunal campaña político/mediática nacional e internacional llamando virtualmente a tumbar el gobierno, tomar Caracas y Miraflores, la salida fue un acto de una hora, recomendarles irse para la casa y tocar las cacerolas a las 8 de la noche. El parto de los montes. Tanto pujar para echar una cagarrutica.

La respuesta del extremismo fue pretender, ya que no pudieron incendiar a Caracas, prender parte del Este donde ellos mismos habitan. Volvieron las piedras, las bombas molotov, los incendios y destrucción de vehículos, los intentos de bloquear la autopista Francisco Fajardo. En pocos minutos los exaltados hicieron más daño que el calculado, pero actuaron la PNB y la GNB con contundencia, aguantaron la lluvia de piedras y al final detuvieron a unos cuantos facinerosos. Así terminó todo y en Caracas y el resto del país de impuso la paz. ¿Qué viene ahora? La ofensiva revolucionaria del fin de año con las pautas trazadas por Nicolás en el cuatrimestre, acabar, sobre todo, con la guerra económica, con las colas, crear un modelo de distribución popular, socialista.