No hay quien no esté irritado, parado bajo sol y agua, en las largas colas a las que nos están exponiendo para comprar uno que otro alimento y al precio que nos lo impongan. Las largas colas frente a supermercados, comercios y servicios son la expresión palmaria de esta guerra económica en sus múltiples formas, hecho que la derecha golpista y los parásitos de la economía pretenden banalizar, eso sí, lanzando todas las culpas sobre el Presidente Nicolás Maduro, porque se trata de liquidar el chavismo, lo que pasa por la defenestración del obrero presidente.

Por otra parte, al día de hoy todas las acciones y mecanismos para enfrentar la guerra económica han sido insuficientes, entre otras razones, seguramente muy validas, porque desde el gobierno, aún se confía en el sector empresarial nacional y se siguen tendiendo puentes de diálogos, encuentros y concertación, con quienes están decididos a derrocar a Nicolás Maduro y salir del chavismo, aún cuando sean beneficiarios directos de políticas, dirigidas directamente a ellos como dueños de los medios de producción, amparados además, en viejos modos de producción capitalista, con todas las viejas leyes al servicio del Estado burgués.

Se trata entonces, de una guerra económica desigual, que en la rabia colectiva y la ignorancia aprendida en las escuelas, universidades y medios de comunicación privados venden, de manera expresa y subliminal, en las que manifiestan las siguientes consejas:

1. “El modelo fracasó”, pero no dicen que la base y estructura venezolana son eminentemente capitalistas y ése fracaso y esta guerra económica se han hecho efectivas, precísamente, porque dentro del viejo capitalismo se puede hacer este tipo de boicot, en la producción, distribución y comercialización, puesto que quienes son los dueños de empresas, industrias, comercios y servicios, son esa minoría parasitaria, nucleada en Fedecámaras-Venamcham y son ellos los que han venido gradualmente arremetiendo contra el Pueblo, para culpar al gobierno y alejarlo de toda propuesta bolivariana, socialista y chavista, porque saben que si atacan hambreando al Pueblo, éste se rebelará contra el gobierno al que considera que es al que le corresponde enfrentar únicamente a estas lacras de la economía, con una sola razón aprendida primitivamente y con bastante razón; quien gobierna tiene la autoridad y todo el poder conferido por el Pueblo para enfrentar a los que nos están arrastrando en esta guerra económica, con todas las armas que fueren necesarias, porque están llevando al Pueblo a una “hambruna planificada”, para así, llevarnos a una anunciada “crisis humanitaria” que justifique cualquier intervención armada y cuando menos, que el Pueblo castigue clientelarmente al gobierno, como es propio de la tradición capitalista y vote por los adversarios, en espera de algo incierto, pero que, para salir de la situación actual, dicen “que pase lo que pase”

2. Afirman que “el gobierno corrupto quebró a los empresarios y comerciantes”, pero la mayoría de nosotros no se atreve a pensar en que si es así, por qué hoy todos los empresarios, comerciantes y proveedores de servicios están aún muchísimo más ricos, híperpluscuammillonarios, ni se han detenido a pensar por qué si el Estado con sus erradas políticas los obligó a cerrar sus empresas, por qué hoy poseen mayores riquezas y viven toditos ellos en los paraísos fiscales, entre los que destacan EEUU, Panamá, Colombia y España

3. Alegan también, que la corrupción del gobierno castrochavistacomunista es la culpable de la actual crisis económica y de todo lo robado, pero no se detienen a pensar que esos ladrones, absolútamente toditos ellos, hoy son protegidos del gobierno estadounidense y andan por todo el mundo con pasaporte del gobierno estadounidense, colombiano, panameño y español

4. Afirman que “la culpa es del Estado por todas las empresas que ha expropiado”, más las consejas de que todas estas empresas están cerradas y quebradas, afirmaciones temerarias y totalmente falsas, porque están produciendo de acuerdo con su capacidad y dadas sus infraestructuras, no abastecen todo el mercado nacional, pero producen y venden a precios justos y solidarios, como las del café, sin soslayar que el Estado es el que mejor paga el quintal de café en pepa a los productores, a diferencia de muchas empresas privadas que sobreexplotan al campesino productor y venden, por ejemplo, el kilo de café envasado en cinco mil bolívares (Bs. 5.000,oo)

5. Alegan en propagandas de televisión privadas que ellos sí rinden cuentas, no como en Estado, e invierten en el Pueblo los dólares del Estado, para obligar a que les den más dólares preferenciales, pero pasan la página con las pruebas fehacientes de que están en la guerra económica y política para derrocar a Nicolás Maduro, como lo evidencia el siguiente link https://youtu.be/8tKfE7OROHw hecho grave que el gobierno de Nicolás Maduro, debería tramitar ante el Poder Judicial, para sentar medidas ejemplarizantes y por intermedio del ministro de Comunicación y Comunicación, debería sacarle cada vez que salga dicha propaganda con mensajes de guerra sucia, transmitirlo en cadena nacional unas tres veces al día y no conformarnos con el trabajo de desenmascarar la mentira, como viene haciendo el canal de los venezolanos, VTV, pues urge que todos los venezolanos y extranjeros sepan la verdad, por diversos medios y vías.

Están agudizando el desabastecimiento programado, la ralentización en la distribución y ahora también, en la comercialización al detal, la simplificación de la producción (producen cauchos, mantequilla, champú y otros rubros en presentación grande y no en pequeñas o medianas, aumentando la ganancia y surtiendo a muy pocos), desvío del fin y objeto de la materia prima o transformación del producto para maximizar ganancia y desabastecer (tal y como sucede con el pollo, cuyas empresas no lo envasan beneficiado, porque su precio está regulado, pero lo muelen para hacer embutidos como jamón de pollo que venden a libre precio estratosférico), sin olvidar que con la escasez que hubo de harina de trigo, elevaron a precios especulativos el pan y cuando el gobierno revolucionario importó trigo y les distribuyó, los fabricantes de pan industrial y los de panaderías, mantuvieron el precio especulativo, lo que contribuye a la crisis económica y crispación social. Por tanto, no hay escasez real, sino deliberada y convertida en un negocio especulativo, con averaje político en favor de la derecha restauradora de la IV República.

Ahora bien, en esta guerra económica banalizada por todos los sectores de la derecha, con argumentos estúpido y pueriles, más la ignorancia aprendida, tiene a su favor el hecho de que organismos como la SUNDDE han sido insuficientes en incapaces para enfrentar al mayor y al detal todas las formas y lacras de la guerra económica que están ganando los sectores usureros, parasitarios y los que fuerzan por “La Salida” de Nicolás Maduro, como paso necesario para borrar todo vestigio del chavismo en Venezuela.

Ahora bien, el surgimiento de los Comités Locales de Abastecimiento y Producción (CLAP) han representado una opción y alivio de las familias venezolanas, sobre todo, para los más pobres que no tienen acceso al mercado especulativo con sus menguados sueldos devaluados por el sobreprecio, especulación y usura que todos hemos celestineado. A estos CLAP debemos fortalecerlos y hacerlos efectivos en el abastecimiento de alimentos, aunque tampoco pueden ser meramente vistos para esto, porque con el impulso de la producción en cada localidad, de manera artesanal y con las empresas de producción social (EPS), el Pueblo se empodera efectívamente y puede enfrentar por sí mismo los embates de la guerra económico-política. A esto es a lo que temen los cerebros pensantes de los laboratorios de guerra sucia de la derecha.

Por otra parte, es imposible creer que los jóvenes de la revolución y los jóvenes en general, sean numéricamente inferiores a los especuladores, bachaqueros de cuello blanco y actores de la especulación, usura, desabastecimiento programado, contrabando y escasez deliberada. De estos jóvenes, el Pueblo en general, espera su ímpetu y que se metan en esta guerra económica, como los facultan las cinco leyes del Poder Popular, vigentes desde el año dos mil diez (2010) y la Ley para el Poder Popular de la Juventud, de manera que nuestra juventud estudiantil, obrera, religiosa, militar, sexodiversa y con discapacidad, pueden constituirse en Fiscales Ad Hoc contra la guerra económica, que puedan actuar desde ya, en las taguaras, bodegas, abastos, supermercados, comercios de todo tipo y enfrenten todas las lacras económicas con las que están atacando al Pueblo. De una acción masiva de nuestra juventud contra los actores y artífices de la guerra económica, estaríamos obligando a que se normalice la distribución y ventas, para restablecer el abastecimiento regular, a las buenas o a las malas, porque en esta guerra económica, empresas comprometidas en el derrocamiento de Nicolás Maduro, como Empresas Polar, manteniendo la producción y maximizando sus ganancias especuladoras, han activado lo que dan en llamar el “Código” en todas las bodegas y taguaras de barriadas, pueblos, caseríos y comercios, a donde están vendiendo a precios especulativos productos de primera necesidad, como harina precocida, margarina en envase grande y aceite vegetal, junto con migurt entre otras mercancías que nadie quiere comprar, pero que les obligan al venderles en una bolsa para engañar respecto de los CLAP a la vez que causan largas colas y caos deliberadamente planificado, para así, acelerar y agudizar el conflicto social que obligue y conduzca a la salida de todo el gobierno bolivariano, socialista y chavista, que preside Nicolás Maduro y los veinte gobernadores de estado.