Si hay algo cuestionado a nivel mundial ahora mismo, es eso de ser de izquierda. Y no es de a gratis tal situación. Direcciones políticas y gobiernos que se rajan las vestiduras diciendo que se ubican en ese ángulo dentro del espectro político, actúan y hacen cosas iguales a gobiernos que no andan haciéndose propaganda donde se ubican pero que en lo concreto puede constatarse su marcado carácter clásico burgués y hambreadores de pueblos.

 

La desgracia llega a tales niveles que incluso algunos convocan a los pueblos para que se manifiesten y decidan a través de referéndum y los gobiernos terminan haciendo todo lo contrario a lo decidido por la gente. Caso emblemático de esto último es el de Grecia y específicamente la coalición Syriza, con Alexis Tsipras al frente.

 

La llamada intelectualidad de izquierda anda al compás y son de estas direcciones políticas, siendo que tampoco es de a gratis, pues entre esta “elite” de intelectuales y esas direcciones hay una marcada relación clientelar y mercantilista. Eso priva por encima de cualquier otra cosa y ya sea una opinión o parecer de los amigos intelectuales como mínimo tiene que ir apegada al mantenimiento del orden existente. Sobre esto vamos a nombrar dos ejemplos específicos: Fernando Buen Abad y Luís Britto García.

 

Recientemente el filosofo Buen Abad en contacto para la radio del sur ha señalado que en Venezuela es inaplicable el uso del termino crisis humanitaria, atribuyendo a factores de derecha desestabilizadores quienes estarían acuñando tal definición para abonar el terreno a cuestiones injerencistas. No queremos debatir exactamente sobre dicho termino, a lo que si queremos referirnos es a lo que se pretende flagrantemente negar.

 

Lo primero que queremos decir a Buen Abad es que ojala se viniera a vivir a Venezuela pero con un salario mínimo como vive la mayoría de la población, que se venga a hacer 6 y 7 horas de cola en donde con suerte podrá conseguir uno o dos artículos, que cuando un familiar se le enferme se monte en el peregrinar que esta viviendo cada ciudadano común y corriente en tratar de conseguir medicamentos, que con ese salario mínimo trate de pagar los gastos de la escuela, la casa y también vaya a comprarse una panela de papelón que ya está rondando los 4.000 bs.

 

Lo otro que queríamos decir al amigo Buen Abad, siendo que en las citadas declaraciones habla de la responsabilidad política respecto a las caracterizaciones para que no lleven a una situación de falsedad, es que nos gustaría saber que opina sobre como manejan los medios públicos el tema de la crisis y como esto mismo se identifica en el léxico de los voceros del gobierno de Nicolás Maduro. Digo esto ya que el mismo Buen Abad refería que una crisis humanitaria “es una situación en la que está en riesgo la vida de una población ante una circunstancia de la cual se ha perdido el control”

 

Preguntamos ¿No está en riesgo la vida de la población venezolana con el nivel de desabastecimiento tanto en alimentos, medicinas y útiles para el normal desenvolvimiento? ¿No hay una perdida de control total y desgobierno cuando producto de la distorsión económica ha derivado fenómenos como el bachaqueo? ¿No está en vilo y riesgo una población que paga las consecuencias de una situación de la cual no es responsable y mientras tanto el gobierno, como la llamada MUD se pelean por intereses de cúpulas? ¿No hay un riesgo enorme para la gente cuando no hay ningún tipo de política para enfrentar la delincuencia, el pranato y esa especie de fase superior de la corrupción que es un mecanismo mafioso de desfalco de la renta petrolera? ¡Ah! Lo olvidaba, hay una OLP, pero el resultado de tan lamentable práctica se puede evidenciar en la ocurrencia de un amigo que me decía: el significado real de esas siglas es “Organización para Liquidar a los Pendejos”

 

Buen Abad, mas allá de que hubiese un intento por “posesionar” términos y con que propósito, está el hecho que hay una situación que ya es inaguantable, que hay hambre, que hay enfermedades, que hay malestar, que hay sufrimiento, que hay menos democracia cada vez, que hay una descomposición social a una velocidad trepidante y todo eso usted lo despacha hermano porque precisamente su argumentación solo hace por arrimar a un gobierno corresponsable de todo lo anterior y que ya incluso me atrevo a decir que ha llegado a niveles de rechazo popular sin parangón en nuestro país.

 

A lo del profesor Luis Britto García en el Nacional, la mejor definición que le encuentro es “tragicómico”. Incluso estaba recordando aquella cita del clásico que dice “Las revoluciones también son devoradoras de hombres”, me preguntaba luego de leer las preguntas y las respuestas ¿Este es el mismo Britto García al que tanto hemos admirado y respetado? ¿Es que las crisis también pueden devorar hombres así, incluso a uno de la talla de Luis Britto Garcia? ¿Es que solo le va quedando reflejos para mantener viva esa capacidad de responder tantas preguntas para no decir nada sobre la tragedia que está viviendo Venezuela?

 

Dice en alguna parte del ejercicio en cuestión, el profesor Britto García, que intenta ser marxista. Bueno, aquí podemos decir que un acto mas de profanación hacia le elaboración teórica y científica de Marx no debe significar mucho, pues debe ser algo así como el refrán popular: “Una raya mas pa un tigre”. Si el método de Marx es materialista y va desde la existencia a la conciencia ¿Con que dialéctica se esta permitiendo el profesor observar el desarrollo de los acontecimientos y es el refraneo al propio estilo de Luís Herrera Campins un asomo de lucha? Cosas vemos y leemos…

 

Para finalizar insistimos en la necesidad del dialogo y el debate con propuestas de cara a nuestra gente y esa urgencia por construir un referente político. No estamos obligados a quedarnos atrapados en ese maniqueísmo PSUV-Gobierno- MUD. Que hoy mas que nunca debemos apostar por consolidar y canalizar el ingenio e intelectualidad colectiva de nuestro pueblo y sus saberes. Soy de los que considera que desde lo distinto y desde eso nuevo que podemos construir tenemos que reinventarnos definiciones con sus códigos, leyes y contenidos, como eso de ser de izquierda y tanto más.