Agencias

 

08-07-16.-Micah Xavier Johnson, el principal sospechoso de la matanza en Dallas (Texas) que dejó cinco policías muertos y nueve personas heridas, estuvo en Afganistán con el Ejército entre noviembre de 2013 y julio de 2014.

Johnson, afroamericano de 25 años, también formaba parte de la reserva del Ejército estadounidense entre marzo de 2009 y abril de 2015.
 

Durante su tiempo en Afganistán, el agresor prestó servicio en una brigada de Ingeniería y recibió numerosas distinciones, entre ellas una medalla por la lucha global contra el terrorismo.

La última residencia de Johnson estaba en Mesquite, un barrio residencial a las afueras de la ciudad tejana.

Por ahora, estos son los detalles que han trascendido sobre la identidad y motivos del principal sospechoso de esta nueva matanza que ha vuelto a conmocionar al país.

El ataque de Dallas se produjo cuando grupos de manifestantes, al igual que ocurría en otras grandes ciudades del país como Nueva York, Los Ángeles o Atlanta, protestaban por los últimos incidentes de violencia policial con tintes raciales registrados.

En concreto, la protesta se debía a la muerte de Alton Sterling, un hombre negro al que dos policías blancos dispararon el martes a quemarropa cuando lo tenían sometido en el suelo en Baton Rouge (Luisiana), y del joven Philando Castile, muerto el miércoles en Falcon Heights (Minesota) al ser disparado por un policía que le detuvo en su vehículo por una infracción de tráfico.

Antes de morir por una bomba robótica dijo que quería matar a «policías blancos» y que no pertenecía a ningún grupo, indicó hoy el jefe de la Policía de Dallas, David Brown, en una rueda de prensa.

El jefe de policía precisó que ese sospechoso resultó muerto por la explosión de «una bomba robot», que la policía situó cerca de él.

«No vimos otra opción», justificó Brown, que indicó que el sospechoso se atrincheró durante más de una hora armado en un aparcamiento de Dallas mientras profería numerosas amenazas y aseguraba que «quería matar a gente blanca, especialmente a agentes de policía blancos».

El sospechoso, que disparó contra los agentes que intentaban convencerlo de que se rindiese, también aseguró que había colocado bombas en el estacionamiento en el que se encontraba y por todo el centro de la ciudad, lo que provocó la posterior búsqueda de los supuestos explosivos.

La policía, que mantiene acordonado un amplio sector del centro de Dallas, descartó la existencia de explosivos tras registrar la zona.

Las autoridades aún investigando el ataque coordinado registrado anoche durante una protesta contra la violencia policial que se desarrollaba pacíficamente en el centro de Dallas y que ha dejado cinco agentes muertos, siete policías heridos y otros dos civiles heridos.

«El sospechoso dijo que no estaba afiliado a ningún grupo y que en esto estaba solo», aseguró Brown.

«El sospechoso dijo que estaba enfadado con el tema de ‘la vida de los negros importa’ y que estaba enfadado por las recientes muertes cometidas por policías», añadió Brown, el jefe de la policía local, que es de raza negra.

El ataque se produjo cuando los manifestantes, al igual que ocurría en otras grandes ciudades del país, como Nueva York, Los Ángeles o Atlanta, protestaban por los últimos incidentes de violencia policial con tintes racistas registrados en EEUU.

En concreto, la protesta se debía a la muerte de Alton Sterling, un hombre negro al que dos policías blancos dispararon el martes a quemarropa cuando lo tenían controlado en el suelo en Baton Rouge, en el estado sureño de Luisiana, y del joven Philando Castile, muerto el miércoles en Falcon Heights, en Minesota, por disparos de un policía que le detuvo en su vehículo por una infracción de tráfico.

Estados Unidos ha vivido repetidos episodios de tensión racial desde hace más de un año, especialmente tras la muerte en Ferguson, en el estado de Misuri, en agosto de 2014, del joven negro Michael Brown a manos de un agente blanco que luego fue exonerado de todos los cargos.