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25 de julio 2016 – La presencia del autodenominado Estado Islámico (proscrito en Rusia y muchos otros países) en Argentina y Brasil es un hecho. Estos países latinoamericanos podrían ser los próximos objetivos de la organización terrorista, confirmaron fuentes del Servicio de Inteligencia Argentino, según la información obtenida por Sputnik.
Una célula activa de Daesh actúa desde hace algún tiempo en la provincia de Corrientes, en la región fronteriza entre Argentina, Brasil y Paraguay, según la división de Contrainteligencia de Argentina. Sin embargo, el Gobierno de Mauricio Macri aún no se ha pronunciado oficialmente al respecto.
Según las investigaciones, el reclutamiento de latinoamericanos por parte de Daesh se ha intensificado en los últimos meses. La organización criminal estaría planeando atacar durante los Juegos Olímpicos de Verano, que se llevarán a cabo en Río de Janeiro. El evento tiene algunas lagunas en materia de seguridad. De ahí su gran vulnerabilidad.
La radicalización de personas nativas es una «amenaza gravísima» para los dos países, puesto que estos ciudadanos pueden entrar, salir y recorrer el país «sin que nadie lo note», lo que aumenta la posibilidad de un ataque terrorista inesperado. Esto demuestra, una vez más, el cambio en la forma de actuar de las organizaciones terroristas a nivel internacional, como se pudo ver en los recientes atentados en Niza.
Anteriormente, Daesh había amenazado con realizar ataques en América Latina, en parte en Brasil y Argentina. Desde ese momento, las agencias de seguridad de los dos países han trabajado conjuntamente y han concluido que los Juegos Olímpicos son el flanco «más preocupante» para un golpe terrorista, dado que cerca de 10.500 atletas y medio millón de turistas acudirán a Río de Janeiro para el evento, lo que significa el doble de afluencia con respecto a Londres 2012.
A menos de un mes para el inicio de los Juegos de Río —que tendrán lugar del 5 al 21 de agosto—, el «reclutamiento de ciudadanos brasileños» en las filas de Daesh es lo que más preocupa a los servicios de inteligencia de Brasil.
«No estoy diciendo que vaya a ocurrir un atentado, estoy diciendo que es la primera vez que la posibilidad aumentó expresamente en nuestro país», había expresado en abril Luiz Alberto Sallaberry, director del Departamento de Contraterrorismo de la Agencia Brasileña de Inteligencia.
A su vez, el coordinador general de Seguridad Pública, Cristiano Barbosa Sampaio, anunció que, «frente a la ausencia de una amenaza concreta contra Brasil», el país se encuentra «en alerta amarilla».
«Esto implica un aumento de la atención y del nivel de respuesta en comparación con un momento cualquiera, de alerta verde», puso de manifiesto Sampaio.
Es de esperar que la Agencia de Inteligencia capacite y despliegue a más oficiales de seguridad. Actualmente, 80.000 miembros de las fuerzas del orden estarán trabajando para garantizar la seguridad de los atletas y aficionados durante las Olimpiadas.