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1 de junio 2016.- El Gobierno de Francia y la central sindical CGT siguen sin acercar posturas. Ambas partes han escenificado este domingo, cuando han mantenido nuevos contactos telefónicos, sus posiciones enfrentadas sobre la reforma laboral en medio de la oleada de huelgas y protestas contra la medida.
La CGT ha advertido que continuará con su campaña de paros y manifestaciones para presionar al Gobierno a que abandone los planes para facilitar a las compañías la contratación y el despido de trabajadores. Por su parte, el primer ministro de Francia, Manuel Valls, ha asegurado que está decidido a no unirse a la larga lista de políticos que han tenido que reconocer su derrota ante las protestas ciudadanas. “Si sucumbiésemos a las protestas y a la CGT por obsesionarnos con el corto plazo de 2017 (cuando se celebrarán elecciones generales), lo perderíamos todo”, ha argumentado.
A mediados de la década de los noventa, el entonces primer ministro Alain Juppe desencadenó los peores disturbios ocurridos en Francia en las últimas décadas tras decir que no cambiaría su opinión sobre una reforma de las pensiones, pero finalmente tuvo que dar marcha atrás después de semanas de huelga y protestas. Ahora, el Gobierno se encuentra bajo presión para encontrar una solución antes del 10 de junio, día en el que comenzará la Eurocopa 2016 de fútbol en Francia, una competición que la CGT ha amenazado con interrumpir.
La CGT, liderada por Philippe Martínez, exige la retirada del proyecto de ley de la ministra de Trabajo, Myriam El Khomri, para volver a la mesa de negociaciones. El Ejecutivo no está dispuesto a renunciar a esa ley, aunque admitiría enmiendas que no cuestionen su “filosofía”, en particular la del más polémico artículo 2. Ese artículo es el que invierte la jerarquía de las normas sociales al dar primacía sobre una serie de aspectos ─en particular la organización del tiempo de trabajo─ a los acuerdos que se negocien en las empresas, en detrimento de los convenios colectivos.
Mientras, el país se prepara para una nueva semana de huelgas, protestas y bloqueos en los sectores de los transportes públicos y de la energía. Las intervenciones de las fuerzas del orden de los últimos días para liberar el acceso de los depósitos de carburante en los que se habían instalado piquetes se han notado en la disminución del número de estaciones de servicio con los tanques vacíos, según las cifras ofrecidas por algunos departamentos, como el estratégico de Loire Atlantique, con capital en Nantes. Sin embargo, la situación en las ocho refinerías del país no ha evolucionado, de forma que cuatro están totalmente paradas y en dos más la actividad se encuentra muy reducida.
Los sindicatos han formalizado una cascada de convocatorias de paros en el transporte público, que deben empezar este martes por la tarde en los ferrocarriles, prorrogable día a día. Cuatro sindicatos han lanzado esa convocatoria en la Sociedad Nacional de Ferrocarriles (SNCF) para presionar en la negociación de sus condiciones internas, pero la CGT y Sud-Rail han añadido el rechazo a la reforma laboral en sus motivos.
Igualmente las reclamaciones internas y las protestas contra la ley “El Khomri” están detrás del paro en la entidad del transporte metropolitano de París a partir del jueves con carácter indefinido, y que por tanto teóricamente podría prolongarse hasta el inicio de la Eurocopa. Asimismo, el viernes será la primera de tres jornadas (durante todo el fin de semana) de un paro organizado por todos los sindicatos de los controladores aéreos, en su caso para obtener una serie de exigencias en las negociaciones sobre su convenio colectivo. La reunión de este lunes de esos sindicatos con la Dirección General de la Aviación Civil (DGAC) puede todavía evitar esa convocatoria, pero en caso contrario habrá que prever la anulación de cientos de vuelos.
Todas estas protestas serán el preludio de una nueva jornada de movilización general en las calles programada para el 14 de junio, cuando el país esté sumergido en el interés mediático internacional del torneo de fútbol. El termómetro para medir el desgaste de Gobierno y sindicatos llegada esa jornada será la afluencia de manifestantes en todo el país a las protestas del pasado jueves (300.000 según la CGT y 153.000 según el Gobierno).